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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Muy bonito el cuento de estos Castellano-Manchegos;...

CUENTOS DEL COLEGIO PÚBLICO GUTIÉRREZ DE LA VEGA (MONTIEL, CIUDAD REAL)
"EL NIÑO PERDIDO"
Autores: Emilio Higueras, Manuel García, Marcos Naharro, Pedro García, José Antonio García y Pedro J. Herrero. Alumnos del Curso de refuerzo educativo del Colegio Público "Gutierrez de la Vega", Montiel (Ciudad Real). Monitor: Pedro Castellanos.

El pequeño Alfonso viajó con sus padres a la feria de Tomelloso. El ambiente era muy animado y había mucha gente. Las numerosas atracciones desbordaban a Alfonso que quería montar en los coches de choque, en la montaña rusa, en el "bufalito", en la cama elástica...
Tan entusiasmado estaba con todas las atracciones que se despistó y dejó de ver a sus padres. Trató de buscar a un guardia para decirle que se había perdido. Alfonso lloraba y tenía mucho miedo, fue hacia donde sus padres habían aparcado el coche, pero se desorientó y salió hacia calles oscuras y desiertas.
Allí de repente se encontró con un hombre extraño que le ofreció un caramelo. Como sus padres le habían dicho que no se fiara de los extraños rehusó el caramelo y salió corriendo temeroso de que este hombre le hiciera daño.
A la vuelta de la esquina tropezó con una piedra y cayó desvanecido. Cuando abrió los ojos, junto a él había un perro pequinés que le lamía la herida para cortarle la sangre. Le dio calor y ánimos.
El pequeño animal sacó del bolsillo del muchacho un pañuelo que le había regalado su padre. Una vez que tuvo el pañuelo en la boca salió corriendo. Alfonso pensó por un momento que era un perro malo que le había robado, pero se equivocaba.
El perro pequinés con su fino olfato rastreó hasta encontrar a los padres de Alfonso que aún se encontraban en la feria buscando a su hijo. El perro les ladraba tratando de llamar su atención para que le siguieran, pero los padres de Alfonso estaban tan despistados y preocupados por su hijo que no se dieron cuenta de su intención.

Para llamar su atención el perro les mordió el pantalón y dando un salto le quitó el bolso a la madre de Alfonso y salió corriendo.
Los padres corrieron detrás del pequinés gritando "al ladrón", "al ladrón", pero estaban equivocados, el pequeño animal no era un ladrón sino que los estaba conduciendo hasta su hijo.
Cuando el perro llegó donde estaba Alfonso se sentó junto a él. Al momento llegaron los padres que abrazaron al pequeño y dieron las gracias al perro y le pidieron perdón por pensar mal de él.
Cuando vieron que el animal estaba abandonado se lo llevaron con ellos. Alfonso aprendió la lección, nunca más se separaría de sus padres.

Muy bonito el cuento de estos Castellano-Manchegos; ahora ya tengo otro para explicarle a mi nieto. UN beso