Los grandes músicos impresionistas
Claude Debussy
Saber más
Una protectora de la música
Madame Nadezhda von Meck, una mujer de la aristocracia rusa, hizo posible una vida mucho más fácil al compositor Tchaikovsky. Durante 14 años este no tuvo q...
Claude Debussy (1862-1918) fue el primero y, en cierta medida, el único representante puro del impresionismo musical. Mostró un rechazo hacia la ortodoxia musical del momento y hacia las reglas clásicas compositivas. Para él, los acordes son sonoridades que valen por sí mismas. Debussy usó, escapando de la tonalidad clásica, escalas orientales y modos medievales, atmósferas indefinidas, ritmos imprecisos e irregulares y un peculiar colorido orquestal. Su amistad con el poeta simbolista Mallarmé le llevó a escribir Preludio a la siesta de un fauno sobre textos del poeta. En 1893 compuso Cuarteto de cuerda, en el que ya se apreciaba un cambio estilístico. Su primera obra impresionista fue la ópera Pelléas et Mélisande, compuesta en 1902 sobre textos del poeta belga Maeterlinck, en la que la música y la palabra evocan imágenes vagas e imprecisas.
Con Debussy se puede hablar de un «pianismo» auténticamente nuevo, pues con Liszt habían terminado los años esplendorosas del piano. Debussy dedicó a este instrumento gran parte de su producción, como Preludios, Imágenes, Estampas y Estudios. Otras composiciones suyas dignas de mención son el oratorio El martirio de San Sebastián y las obras orquestales El mar y Nocturnos.
Maurice Ravel (1875-1937), influido en un principio por Debussy y Satie, supo imprimir un sello personal de gran elegancia a su obra. Su estilo denota huellas del Clasicismo, del Barroco, de la música oriental y del jazz. Ravel fue un gran instrumentista y conocedor de la orquesta. Su primera etapa estuvo caracterizada por obras pianísticas de técnica similar a la de Debussy, como Mi madre la oca, Espejos, Gaspar de noche y Valses nobles y sentimentales. Por influencia de su madre, vasca, compuso obras como la ópera bufa La hora española, la Rapsodia española y la Alborada del gracioso. En el célebre Bolero se suceden dos temas vascos repetidos diecinueve veces, sin variaciones, pero cada vez con una instrumentación diferente. Otras obras suyas importantes son el ballet Dafnis y Cloe, Pavana para una infanta difunta.
Claude Debussy
Saber más
Una protectora de la música
Madame Nadezhda von Meck, una mujer de la aristocracia rusa, hizo posible una vida mucho más fácil al compositor Tchaikovsky. Durante 14 años este no tuvo q...
Claude Debussy (1862-1918) fue el primero y, en cierta medida, el único representante puro del impresionismo musical. Mostró un rechazo hacia la ortodoxia musical del momento y hacia las reglas clásicas compositivas. Para él, los acordes son sonoridades que valen por sí mismas. Debussy usó, escapando de la tonalidad clásica, escalas orientales y modos medievales, atmósferas indefinidas, ritmos imprecisos e irregulares y un peculiar colorido orquestal. Su amistad con el poeta simbolista Mallarmé le llevó a escribir Preludio a la siesta de un fauno sobre textos del poeta. En 1893 compuso Cuarteto de cuerda, en el que ya se apreciaba un cambio estilístico. Su primera obra impresionista fue la ópera Pelléas et Mélisande, compuesta en 1902 sobre textos del poeta belga Maeterlinck, en la que la música y la palabra evocan imágenes vagas e imprecisas.
Con Debussy se puede hablar de un «pianismo» auténticamente nuevo, pues con Liszt habían terminado los años esplendorosas del piano. Debussy dedicó a este instrumento gran parte de su producción, como Preludios, Imágenes, Estampas y Estudios. Otras composiciones suyas dignas de mención son el oratorio El martirio de San Sebastián y las obras orquestales El mar y Nocturnos.
Maurice Ravel (1875-1937), influido en un principio por Debussy y Satie, supo imprimir un sello personal de gran elegancia a su obra. Su estilo denota huellas del Clasicismo, del Barroco, de la música oriental y del jazz. Ravel fue un gran instrumentista y conocedor de la orquesta. Su primera etapa estuvo caracterizada por obras pianísticas de técnica similar a la de Debussy, como Mi madre la oca, Espejos, Gaspar de noche y Valses nobles y sentimentales. Por influencia de su madre, vasca, compuso obras como la ópera bufa La hora española, la Rapsodia española y la Alborada del gracioso. En el célebre Bolero se suceden dos temas vascos repetidos diecinueve veces, sin variaciones, pero cada vez con una instrumentación diferente. Otras obras suyas importantes son el ballet Dafnis y Cloe, Pavana para una infanta difunta.