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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: Corrientes de vanguardia...

Corrientes de vanguardia

Pierre Boulez

El compositor y director de orquesta francés Pierre Boulez en su clase de nuevas tecnologías.

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Aleatoriedad
A finales de los años 50 el serialismo entró en un callejón sin salida. Su rigor dejaba en segundo plano las posibilidades del intérprete, que, además, tení...
Por su parte, las tendencias de vanguardia se sucedieron a gran velocidad, destacando, entre otras, estas corrientes:

El serialismo integral nació entre 1945 y 1960 en torno a los cursos de verano del Instituto Internacional de Música de Darmstadt, Alemania. Los serialistas, partiendo del dodecafonismo de la Escuela de Viena, aplicaron el concepto de serie no solo a las alturas, sino a todos los parámetros de la música, de modo que las intensidades, los timbres y las duraciones de los sonidos fueran también ordenados en series y aparecieran en la obra de un modo prefijado por la técnica compositiva. De este modo se consigue una música «totalmente organizada», en la que no hay lugar para el azar o las preferencias personales. Por su rigurosidad científica, a esta corriente también se la ha denominado ultrarracionalismo.

Como precedente de esta tendencia debe ser citado el francés Olivier Messiaen (1908-1992), estudioso del canto de los pájaros y de la música hindú, que compuso obras como Pájaros exóticos y Sinfonía de Turangalila.

Pero los tres principales compositores de esta tendencia fueron el francés Pierre Boulez (1925), autor de la obra más famosa y representativa de la escuela, El martillo sin dueño, así como de Tercera sonata y Destellos; el alemán Karlheinz Stockhausen (1928), del que cabe resaltar las 11 piezas para piano, Himnos y Jubileo, y el italiano Luigi Nono (1924-1990), de cuyas obras sobresalen Cantos de vida y amor y Bajo el sol cargado de amor; compuso también música electrónica.

La música aleatoria supuso la oposición al serialismo integral porque creaba obras abiertas, es decir, con múltiples posibilidades de interpretación. El compositor pide al intérprete que improvise o decida entre varias opciones interpretativas, sin excluir la intervención del azar, produciendo así obras en las que cada audición es diferente de cualquier otra posible. Los principales representantes de esta tendencia son el estadounidense John Cage (1912-1992), con su obra Imaginary Landscape n.° 4, y dos excepcionales compositores polacos, Witold Lutoslawski (1913-1994), autor de obras como Variaciones sinfónicas, Música fúnebre, Segunda sinfonía, Libro para orquesta y Concierto para violonchelo y orquesta, y Krzysztof Penderecki (1933), de quien cabe mencionar sus obras Pasión según San Lucas, Fluorescencias, Stabat Mater, Trenos por Hiroshima y la ópera Los demonios de Loudun.

Dentro de la música aleatoria se encuadra la música gráfica, en la que el intérprete se expresa guiado por una serie de gráficos y símbolos.

La tendencia estocástica o matemática crea su música con la ayuda de ordenadores y basándose en la probabilidad matemática. El impulsor de esta corriente fue el griegofrancés Iannis Xenakis (1922-2001), con obras como Metástasis, Pithoprakta y Eonta.

Por su uso novedoso del concepto de textura, debe mencionarse también a uno de los compositores más celebrados de nuestro tiempo, el húngaro György Ligeti (1923), entre cuyas obras podemos resaltar el Réquiem y San Francisco Polifony.