La inteligencia
El camino del enigma. Óleo de Salvador Dalí. Fundación Gala, Teatro Museo Dalí, Figueras
La facultad humana que capta la materia espacial es la inteligencia. La inteligencia mantiene una afinidad esencial con su objeto -está hecha a su medida-, lo que de alguna manera implica su grandeza y su miseria. Frente al fenomenismo de Kant y de los positivistas, Bergson en La evolución creadora atribuye a la inteligencia la capacidad, no solo de captar los fenómenos, sino también de penetrar en la esencia de las cosas.
La estructura de la inteligencia se encuentra perfectamente adecuada a la función que, por naturaleza, le viene encomendada: utilizar y fabricar instrumentos inertes. La ciencia obtiene los mayores éxitos en el mundo de la naturaleza inorgánica, donde la duración real de la conciencia es sustituida por un tiempo homogéneo y uniforme (constituido por instantes iguales), que en realidad no es tiempo, sino espacio.
El camino del enigma. Óleo de Salvador Dalí. Fundación Gala, Teatro Museo Dalí, Figueras
La facultad humana que capta la materia espacial es la inteligencia. La inteligencia mantiene una afinidad esencial con su objeto -está hecha a su medida-, lo que de alguna manera implica su grandeza y su miseria. Frente al fenomenismo de Kant y de los positivistas, Bergson en La evolución creadora atribuye a la inteligencia la capacidad, no solo de captar los fenómenos, sino también de penetrar en la esencia de las cosas.
La estructura de la inteligencia se encuentra perfectamente adecuada a la función que, por naturaleza, le viene encomendada: utilizar y fabricar instrumentos inertes. La ciencia obtiene los mayores éxitos en el mundo de la naturaleza inorgánica, donde la duración real de la conciencia es sustituida por un tiempo homogéneo y uniforme (constituido por instantes iguales), que en realidad no es tiempo, sino espacio.