ELOGIO DEL
CERDO.
La franqueza de los
cerdos -dicho sea con perdón- resulta sorprendente. Por las buenas, a los gorrinos es posible llevarlos a donde sea; pero si es un "chato murciano" de aquellos que vendían en mis años infantiles, y uno intenta forzar su voluntad, organizan una revuelta, -pancarta incluída- en defensa de sus derechos. Los gorrinos son amantes de la vida fácil y cómoda; más, llegado el caso, saben ganarse la existencia con energía, y les importa un pito si para ello tienen que
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