El sabio Albert Einstein confesó cierto día que no era capaz de hacer su propia declaración sobre la renta: tenía que consultar para ello a un especialista: "Es tarea demasiado difícil para un matemático -decía Einstein-; para eso hace falta un filósofo.
Sobre el dinero gastado
no inquieras si fue tirado.
No le exijas a la gente
que recuerde ni que invente
qué hizo con cada centavo.
no inquieras si fue tirado.
No le exijas a la gente
que recuerde ni que invente
qué hizo con cada centavo.