Funciones del director de orquesta
Herbert von Karanjan
El famoso director de orquesta alemán Herbert von Karajan (1908-1989), que dirigió entre otras la Filarmónica de Londres y la Filarmónica de Berlín.
Del mismo modo que un piano o un violín son instrumentos musicales en manos de un intérprete, la orquesta es un instrumento en manos de su director. Él es quien decide las obras que se van a interpretar, teniendo en cuenta el nivel técnico y circunstancias de la orquesta, y es el responsable final de la interpretación de la obra. La mayor parte del trabajo de un director se desarrolla en los ensayos.
El director debe conocer a fondo las obras que se van a interpretar y conseguir que la orquesta haga sonar la música tal como él considera que debe sonar, ocupándose de la multitud de cuestiones que afectan a la interpretación musical: tempo, equilibrio sonoro, matices de intensidad, expresión, fraseo, coordinación de ataques y finales, etc. El director corrige todos los errores que puedan cometer los músicos, transmitiéndoles su entusiasmo por la obra y teniendo siempre presente la intención del compositor.
Tradicionalmente, el director se sitúa de espaldas al público y elevado sobre un podio de modo que todos los músicos puedan verlo con claridad. Dirige la orquesta con la batuta en la mano derecha, estableciendo con ella el tempo y marcando el compás. Con la mano izquierda señala con la suficiente antelación las entradas importantes de los instrumentos y marca los distintos matices de intensidad con que debe sonar la música. Su expresión facial y sus ojos son una de las claves de su comunicación con los músicos.
Herbert von Karanjan
El famoso director de orquesta alemán Herbert von Karajan (1908-1989), que dirigió entre otras la Filarmónica de Londres y la Filarmónica de Berlín.
Del mismo modo que un piano o un violín son instrumentos musicales en manos de un intérprete, la orquesta es un instrumento en manos de su director. Él es quien decide las obras que se van a interpretar, teniendo en cuenta el nivel técnico y circunstancias de la orquesta, y es el responsable final de la interpretación de la obra. La mayor parte del trabajo de un director se desarrolla en los ensayos.
El director debe conocer a fondo las obras que se van a interpretar y conseguir que la orquesta haga sonar la música tal como él considera que debe sonar, ocupándose de la multitud de cuestiones que afectan a la interpretación musical: tempo, equilibrio sonoro, matices de intensidad, expresión, fraseo, coordinación de ataques y finales, etc. El director corrige todos los errores que puedan cometer los músicos, transmitiéndoles su entusiasmo por la obra y teniendo siempre presente la intención del compositor.
Tradicionalmente, el director se sitúa de espaldas al público y elevado sobre un podio de modo que todos los músicos puedan verlo con claridad. Dirige la orquesta con la batuta en la mano derecha, estableciendo con ella el tempo y marcando el compás. Con la mano izquierda señala con la suficiente antelación las entradas importantes de los instrumentos y marca los distintos matices de intensidad con que debe sonar la música. Su expresión facial y sus ojos son una de las claves de su comunicación con los músicos.