En los años 70 se decía que "El español medio era un ser débil y, que si no se ponía pronto remedio, las generaciones que le sigan serán aún más débiles".
Yo creo que las generaciones que vinieron después, como son estos deportistas de la foto, de débiles no tienen nada, y si no mirad detenidamente sus caras de felicidad después de la competición que hicieron y que todos ganaron.
La situación en la que se encontraban los jóvenes de los años 60-70 era debido a la falta de ejercicio que, según una encuesta realizada en 1968, por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes en colaboración con el Instituto Nacinal de Estadística, el 57,76 por ciento, es decir, más de la mitad de los ecolares españoles de edades comprendidas entre los diez y los catorce años no practicaba deporte alguno. Tampoco tenían ninguna actividad deportiva el 71,66 por ciento de jóvenes entre quince y veinte años.
¿De qué modo afectaba a aquellos jóvenes aquella falta de ejercicio? Un grupo de profesores de educación física redactó un informe acerca de la aptitud física de unos trescientos alumnos y vieron que al tomarles la presión arterial y el pulso en los tres minutos posteriores a la terminación de una carrera de mil metros, la recuperación cardíaca era lenta. A la vista de aquellos mediocres resultados, los autores de aquel estudio llegaron a la conclusión de que, "sobre todo, la falta de interés de los padres contribuye a que el joven no se aficione a la práctica del ejercicio físico. Y así, cuando terminada su etapa formativa, el joven sale de la esfera docente, se sumerge en un sedentarismo casi total, de nefastas consecuencias para el óptimo desarrollo de su personalidad"...
Yo creo que las generaciones que vinieron después, como son estos deportistas de la foto, de débiles no tienen nada, y si no mirad detenidamente sus caras de felicidad después de la competición que hicieron y que todos ganaron.
La situación en la que se encontraban los jóvenes de los años 60-70 era debido a la falta de ejercicio que, según una encuesta realizada en 1968, por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes en colaboración con el Instituto Nacinal de Estadística, el 57,76 por ciento, es decir, más de la mitad de los ecolares españoles de edades comprendidas entre los diez y los catorce años no practicaba deporte alguno. Tampoco tenían ninguna actividad deportiva el 71,66 por ciento de jóvenes entre quince y veinte años.
¿De qué modo afectaba a aquellos jóvenes aquella falta de ejercicio? Un grupo de profesores de educación física redactó un informe acerca de la aptitud física de unos trescientos alumnos y vieron que al tomarles la presión arterial y el pulso en los tres minutos posteriores a la terminación de una carrera de mil metros, la recuperación cardíaca era lenta. A la vista de aquellos mediocres resultados, los autores de aquel estudio llegaron a la conclusión de que, "sobre todo, la falta de interés de los padres contribuye a que el joven no se aficione a la práctica del ejercicio físico. Y así, cuando terminada su etapa formativa, el joven sale de la esfera docente, se sumerge en un sedentarismo casi total, de nefastas consecuencias para el óptimo desarrollo de su personalidad"...
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Lo mismo ocurría con las chicas de los años 60-70. El Doctor don Antonio Sicilia, profesor médico del Instituto Nacinal de Educación Física de la Sección Femenina, analizó en el curso 1967-1967, las fichas médicas correspondientes a las alumnas de un colegio de Madridcuyas edades estaban comprendidas entre los once y los catorce años, y comprobó lo siguiente: el 20% de las niñas padecía obesidad; casi el 18% presentaba defectos en los brazos; el 18,6%, en las rodillas; el 15% en los pies. Y, ¡lo que era más grave todavía!, el 31,4% tenía defectos en la columna vertebral. Se vió, además, que el funcionamiento del aparato circulatorio era defieciente en el 25,7% de los casos. La mayoría de estos defectos y vivios de posición eran consecuencia, según los médicos, de no realizar ejercicios físicos.
La falta de ejercicio de las generaciones jóvenes comenzó a preocupar a muchos médicos, por las consecuencias enfermizas que se derivaban de ello. El doctor don Francisco Pons Catchot informó ante el Congreso Mundial de Educación Física y deportes celebrado en Madrid, que más del 30% de los ecolares españoles presentaban, en las revisiones médicas anuales, deformaciones esuqeléticas tales como desviación de columna vertebral, hombros caídos, rodillas anormales, pies planos y tórax aplanado o asimétrico debidos a una mala posición y a la falta de ejercicios controlados...
Lo mismo ocurría con las chicas de los años 60-70. El Doctor don Antonio Sicilia, profesor médico del Instituto Nacinal de Educación Física de la Sección Femenina, analizó en el curso 1967-1967, las fichas médicas correspondientes a las alumnas de un colegio de Madridcuyas edades estaban comprendidas entre los once y los catorce años, y comprobó lo siguiente: el 20% de las niñas padecía obesidad; casi el 18% presentaba defectos en los brazos; el 18,6%, en las rodillas; el 15% en los pies. Y, ¡lo que era más grave todavía!, el 31,4% tenía defectos en la columna vertebral. Se vió, además, que el funcionamiento del aparato circulatorio era defieciente en el 25,7% de los casos. La mayoría de estos defectos y vivios de posición eran consecuencia, según los médicos, de no realizar ejercicios físicos.
La falta de ejercicio de las generaciones jóvenes comenzó a preocupar a muchos médicos, por las consecuencias enfermizas que se derivaban de ello. El doctor don Francisco Pons Catchot informó ante el Congreso Mundial de Educación Física y deportes celebrado en Madrid, que más del 30% de los ecolares españoles presentaban, en las revisiones médicas anuales, deformaciones esuqeléticas tales como desviación de columna vertebral, hombros caídos, rodillas anormales, pies planos y tórax aplanado o asimétrico debidos a una mala posición y a la falta de ejercicios controlados...