Comentario
Franz Liszt al piano
Cuadro de Joseph Danhauser, 1840, que representa al músico Franz Liszt al piano, acompañado (de izquierda a derecha) por Dumas, Berlioz, George Sand, Paganini, Rossini y Marie d'Agoult.
Los históricos recitales de piano de Liszt elevaron al intérprete a un nuevo plano artístico. Liszt fue el primero en interpretar de memoria la partitura, el primero en incluir toda la literatura pianística, desde Bach a Chopin en sus recitales, el primer intérprete en colocar el piano con el teclado formando ángulo recto con la boca del escenario, de tal manera que, con la tapa abierta, se dirigiera el sonido directamente al auditor. Antes de Liszt, ningún pianista se había puesto frente al público, sino de espaldas a él. Él fue el creador del término «recital», utilizándolo por primera vez en sus conciertos londinenses de 1841.
Fue una clara manifestación de que el piano había alcanzado un punto en su evolución donde la destreza manual ya no era suficiente. Además de un «recitalista» había que ser un poeta del piano. No es extraño que Berlioz describiera a Liszt como «el pianista del futuro».
Las piezas de Sueños de amor, escritas entre 1845 y 1850, son transcripciones para piano de tres lieder del compositor.
Fueron concebidos a partir de poemas de Ludwig Uhland y Ferdinand Freiligrath. Estos tres nocturnos tratan de describir tres formas de amor. El primero el amor sagrado, el segundo el amor erótico y el tercero, el más famoso de los tres, el amor incondicional.
Franz Liszt al piano
Cuadro de Joseph Danhauser, 1840, que representa al músico Franz Liszt al piano, acompañado (de izquierda a derecha) por Dumas, Berlioz, George Sand, Paganini, Rossini y Marie d'Agoult.
Los históricos recitales de piano de Liszt elevaron al intérprete a un nuevo plano artístico. Liszt fue el primero en interpretar de memoria la partitura, el primero en incluir toda la literatura pianística, desde Bach a Chopin en sus recitales, el primer intérprete en colocar el piano con el teclado formando ángulo recto con la boca del escenario, de tal manera que, con la tapa abierta, se dirigiera el sonido directamente al auditor. Antes de Liszt, ningún pianista se había puesto frente al público, sino de espaldas a él. Él fue el creador del término «recital», utilizándolo por primera vez en sus conciertos londinenses de 1841.
Fue una clara manifestación de que el piano había alcanzado un punto en su evolución donde la destreza manual ya no era suficiente. Además de un «recitalista» había que ser un poeta del piano. No es extraño que Berlioz describiera a Liszt como «el pianista del futuro».
Las piezas de Sueños de amor, escritas entre 1845 y 1850, son transcripciones para piano de tres lieder del compositor.
Fueron concebidos a partir de poemas de Ludwig Uhland y Ferdinand Freiligrath. Estos tres nocturnos tratan de describir tres formas de amor. El primero el amor sagrado, el segundo el amor erótico y el tercero, el más famoso de los tres, el amor incondicional.