Inútil resultó el eremita, inútil el Nirvana, inútil el claustro. Los antiguos monjes ponían guardias armados alrededor de los muros de los conventos: pero Venus ríe y entra en ellos. El beato Angélico tomó de tí los rostros dulces. Cuando tú apareces, vacilan los conventos de trapenses y de budistas; cuando ríes, se estremecen todos los sitemas de los filósofos. (A. Panzini)