Ha y mujeres que creen que, con tal de no hacer el amor, les está permitido cuanto les plazca; estas mujeres se atrincheran fieramente en su gazmoñería, observando de arriba a abajo y quieren que todas las cualidades más hermosas de las demás no sean nada en comparación con un miserable honor del que nadie se preocupa. (Molière)
A principios de la Segunda Guerra Mundial, tras una importante reforma que dejó poco de su construcción original, el acorazado "Queen Elizabeth" fue visitado por Winston Churchill, que pronunció uno de sus clásicos discursos ante la dotación. "Como podrán comprobar, empezó diciendo, "hemos construído un nuevo barril alrededor del viejo tapón".