Cuando llueve el día 7 por la tarde, que casi cada año ocurre, yo pienso entre mí, que la lluvia que cae son las lágrimas de los alconcheleros que están en el cielo y no pueden bajar para acompañar a la Virgen, y eso me reconforta y me da ánimos para empaparme hasta quedar hecha una sopa, como me ha ocuurido, como a otras personas, más de una vez. ¡Bueno muchísimas veces, para ser exactos!
Besetes para todos.
Besetes para todos.
Que razón tienes Milagros, y que acostumbrados estamos a que llueva y además ya no nos importa nada, las que vamos descalzas decimos: pues mira que bien así no se clavan las chinitas... este años nos ha regalado una subida estupenda, con una tarde muy buena y unos anderos que permitian que todos puedieramos llevar buen paso, pues ahora esperar al próximo año y poderla subir como este. Muchos besos y espero que todo vaya bien.
Buenas noches Begoña.
Eso mismo, esperemos que todo vaya bien y que podamos volver a subir muchos años más, aunque sea descalzas, empapadas, o con el corazón saliéndose por la boca, pues aunque este año me ha costado menos subir la cuesta que el año pasado, también llegué cansada ya que mi hermana María Rosa y yo ayudamos a mi sobrina a subir con su hijo en el cochecito y.... ¡eso cansa muuuuuuuuuchoooooo! Así pasó, que luego cuando entramos a la ermita yo sólo pude cantar el AMÉN de La Salve.
Este año también pude ver a Tere, una pedroñera que conocí en Barcelona hace 33 años, el día que nos examinábamos del carnet de conducir.
Creo que ya expliqué la historia de nuestro encuentro, pero por si no lo leíste en su día, lo vuelvo a escribir pero en el siguiente mensaje.
Besos y hasta ahora mismo.
Eso mismo, esperemos que todo vaya bien y que podamos volver a subir muchos años más, aunque sea descalzas, empapadas, o con el corazón saliéndose por la boca, pues aunque este año me ha costado menos subir la cuesta que el año pasado, también llegué cansada ya que mi hermana María Rosa y yo ayudamos a mi sobrina a subir con su hijo en el cochecito y.... ¡eso cansa muuuuuuuuuchoooooo! Así pasó, que luego cuando entramos a la ermita yo sólo pude cantar el AMÉN de La Salve.
Este año también pude ver a Tere, una pedroñera que conocí en Barcelona hace 33 años, el día que nos examinábamos del carnet de conducir.
Creo que ya expliqué la historia de nuestro encuentro, pero por si no lo leíste en su día, lo vuelvo a escribir pero en el siguiente mensaje.
Besos y hasta ahora mismo.
Pues mira aunque llegases cansada y al amén, todavia nos quedó resuello para los mayos y para dar cuatro pasos de baile, y esque somos alconcheleras que narices y tenemos cuerda para rato. Besetes