Pensando en aromas te escribo esta poesía, a ver si acierto y te gusta.
“La copa de cristal, remanso suave,
de un agua cristalina, muda y quieta
rebosa, relumbrante de jazmines,
blanco maíz que su corriente lleva.
Esta esencia sutil que da a los aires,
embalsama el lugar de mis tareas;
un arrullo semejan de palomas
que el agua clara en el cristal bebieran...
Tienen halo de luz, blanco, lechoso,
como trozos de luna que, deshecha,
al remanso cayera en limpio vuelo
ensartando en su linfa blancas perlas.
En esta copa clara de mi vida
que hoy penas y dolor hicieron piedra,
como lágrimas blancas los jazmines,
mitigaron el fuego de mis quejas.
Y el aroma fragante que despiden
es bálsamo que alivia las tristezas,
y la muda oración que blancos labios
ofrecen al Señor por los que penan”.
(Santiago Magariños: “La copa de jazmines”)
“La copa de cristal, remanso suave,
de un agua cristalina, muda y quieta
rebosa, relumbrante de jazmines,
blanco maíz que su corriente lleva.
Esta esencia sutil que da a los aires,
embalsama el lugar de mis tareas;
un arrullo semejan de palomas
que el agua clara en el cristal bebieran...
Tienen halo de luz, blanco, lechoso,
como trozos de luna que, deshecha,
al remanso cayera en limpio vuelo
ensartando en su linfa blancas perlas.
En esta copa clara de mi vida
que hoy penas y dolor hicieron piedra,
como lágrimas blancas los jazmines,
mitigaron el fuego de mis quejas.
Y el aroma fragante que despiden
es bálsamo que alivia las tristezas,
y la muda oración que blancos labios
ofrecen al Señor por los que penan”.
(Santiago Magariños: “La copa de jazmines”)