Llora monótona
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada,
Es imposible
callarla. Federico García Lorca.
SUENA LA GUITARRA.
Allá por el año 1962, Marco Rossi era un joven estudiante de preuniversitario que en sus ratos libres se divertía tocando la guitarra. Marco hizo amistad con Tony y miguel Navarro, dos alumnos de los últimos cursos de bachillerato que también eran aficionados a pulsar las cuerdas de este instrumento. Los muchachos pensaron en formar un trío y practicaron en casa hasta conjuntarse perfectamente. Poco después ganaron el primer premio de un concurso para conjuntos musicales estudiantiles organizado por Radio Barcelona aquel mismo año...
como llora el agua,
como llora el viento
sobre la nevada,
Es imposible
callarla. Federico García Lorca.
SUENA LA GUITARRA.
Allá por el año 1962, Marco Rossi era un joven estudiante de preuniversitario que en sus ratos libres se divertía tocando la guitarra. Marco hizo amistad con Tony y miguel Navarro, dos alumnos de los últimos cursos de bachillerato que también eran aficionados a pulsar las cuerdas de este instrumento. Los muchachos pensaron en formar un trío y practicaron en casa hasta conjuntarse perfectamente. Poco después ganaron el primer premio de un concurso para conjuntos musicales estudiantiles organizado por Radio Barcelona aquel mismo año...
...
Todo esto ocurrió hace "diez millones de pesetas", y la incorporación de Tony Mercado y Santy Carulla convirtió al trío en el quinteto "Los Mustang", que rápidamente se hicieron famosos hasta el punto de que el año 1967 ya habían vendido unos setecientos mil discos de la veintena de grabaciones que ha bían realizado hasta entonces...
Todo esto ocurrió hace "diez millones de pesetas", y la incorporación de Tony Mercado y Santy Carulla convirtió al trío en el quinteto "Los Mustang", que rápidamente se hicieron famosos hasta el punto de que el año 1967 ya habían vendido unos setecientos mil discos de la veintena de grabaciones que ha bían realizado hasta entonces...
...
El vertiginoso éxito de éste y otros conjuntos similares en los que la guitarra constituye el instrumento principal es sintomático de la fiebre musical que dominaba al mundo. Si usted tocaba la guitarra no le faltaba auditorio.
En la historia de la música no hay precedentes de un instrumento que tuviese una popularidad tan rápida...
El vertiginoso éxito de éste y otros conjuntos similares en los que la guitarra constituye el instrumento principal es sintomático de la fiebre musical que dominaba al mundo. Si usted tocaba la guitarra no le faltaba auditorio.
En la historia de la música no hay precedentes de un instrumento que tuviese una popularidad tan rápida...
...
Cuando el Príncipe Carlos de Inglaterra fue a estudiar a Australia, no olvidó incluir en su equipaje una guitarra. La princesa Beatriz de Borbón entretenía a sus amistades con su guitarra, el Cordobés tañía este instrumento entre corrida y corrida, el odontólogo doctor Castillo practicaba la guitarra no sólo como descanso, sino también para ejercitar los dedos...
Cuando el Príncipe Carlos de Inglaterra fue a estudiar a Australia, no olvidó incluir en su equipaje una guitarra. La princesa Beatriz de Borbón entretenía a sus amistades con su guitarra, el Cordobés tañía este instrumento entre corrida y corrida, el odontólogo doctor Castillo practicaba la guitarra no sólo como descanso, sino también para ejercitar los dedos...
...
De los dos millones de músicos aficionados que había en España en los últimos años de los 60, las tres cuartas partes tocan la guitarra. En 1966 se vendieron en nuestro país unas quinientas mil, sesenta veces más que violines.
"La venta de guitarras y de sus accesorios representa un setenta o un ochenta por ciento del total de la venta de instrumentos musicales", decía entonces, un conocido comerciante....
De los dos millones de músicos aficionados que había en España en los últimos años de los 60, las tres cuartas partes tocan la guitarra. En 1966 se vendieron en nuestro país unas quinientas mil, sesenta veces más que violines.
"La venta de guitarras y de sus accesorios representa un setenta o un ochenta por ciento del total de la venta de instrumentos musicales", decía entonces, un conocido comerciante....
...
Varias eran las razones que se aducían para explicar aquel fenómeno. "La melancolía del sonido de la guitarra resuena profundamente en el alma del hombre y lo inclina a tomarla por compañera", decía el famoso guitarrista Andrés Segovia". Además de ser un instrumento asequible a casi todas las economías -explicaba Pedro Leturiaga, propietario de una casa de música en Madrid-, la guitarra es agradecida...
Varias eran las razones que se aducían para explicar aquel fenómeno. "La melancolía del sonido de la guitarra resuena profundamente en el alma del hombre y lo inclina a tomarla por compañera", decía el famoso guitarrista Andrés Segovia". Además de ser un instrumento asequible a casi todas las economías -explicaba Pedro Leturiaga, propietario de una casa de música en Madrid-, la guitarra es agradecida...
...
En pocos días se pueden aprender cinco o seis acordes y con ellos interpretar algunas melodías.
Algunos psicólogos dicen que a los tímidos les gusta la guitarra porque pueden escudarse detrás de ella...
En pocos días se pueden aprender cinco o seis acordes y con ellos interpretar algunas melodías.
Algunos psicólogos dicen que a los tímidos les gusta la guitarra porque pueden escudarse detrás de ella...
...
En los años 70 había en el mercado más de mil modelos diferentes de guitarra. Básicamente, era acústica o eléctrica, pero variaba en tamaño, color, madera, tipo de mango y clavijero, tapas, anchura del diapasón, cuerdas y número de trastes. Por otro lado los fabricantes de guitarra no cesaban de poner a la venta nuevos accesorios, que podrían convertir la diversión eléctrica de aquel instrumento en algo salido de la imaginación de un autor de obras de ficción científica...
En los años 70 había en el mercado más de mil modelos diferentes de guitarra. Básicamente, era acústica o eléctrica, pero variaba en tamaño, color, madera, tipo de mango y clavijero, tapas, anchura del diapasón, cuerdas y número de trastes. Por otro lado los fabricantes de guitarra no cesaban de poner a la venta nuevos accesorios, que podrían convertir la diversión eléctrica de aquel instrumento en algo salido de la imaginación de un autor de obras de ficción científica...
...
El precio de una guitarra, tanto en aquellos años como en los actuales, variaba dependiendo del tipo. Una guitarra acústica (o española, por otro nombre) podía ser clasica o flamenca, según que se hubiese o se haya empleado en su construcción madera de palosanto o de ciprés, y costaba en los años 60-70 entre diez y treinta mil pesetas, aunque había también guitarras acústicas hechas a mano y consideradascomo auténticas joyas cuyo precio llegaba a las 250.000 pesetas. Por su parte, las guitarras eléctricas entre mil quinientas y ochenta mil pesetas, según los adminículos que se les agregasen, como podía ser, una sordina o apagador que iba añadida al puente, valía alrededor de trescientas pesetas, pero un amplificador podía rebasar las setenta mil; las cajas de reverberación oscilaban entre seis mil y veinte mil pesetas; los pedales costaban de doscientas a dos mil, y los auriculares que permitían que solamente el ejecutante oyese lo que interpretaba valían de tres mil a seis mil pesetas...
El precio de una guitarra, tanto en aquellos años como en los actuales, variaba dependiendo del tipo. Una guitarra acústica (o española, por otro nombre) podía ser clasica o flamenca, según que se hubiese o se haya empleado en su construcción madera de palosanto o de ciprés, y costaba en los años 60-70 entre diez y treinta mil pesetas, aunque había también guitarras acústicas hechas a mano y consideradascomo auténticas joyas cuyo precio llegaba a las 250.000 pesetas. Por su parte, las guitarras eléctricas entre mil quinientas y ochenta mil pesetas, según los adminículos que se les agregasen, como podía ser, una sordina o apagador que iba añadida al puente, valía alrededor de trescientas pesetas, pero un amplificador podía rebasar las setenta mil; las cajas de reverberación oscilaban entre seis mil y veinte mil pesetas; los pedales costaban de doscientas a dos mil, y los auriculares que permitían que solamente el ejecutante oyese lo que interpretaba valían de tres mil a seis mil pesetas...