El hermano julián, solterón empedernido a sus sesenta años, se encontró hace algunos meses con un amigo recien casado y le preguntó secamente:
-"Conque te "casastes", ¡Eh, Eustasio?"
-"Sólo te diré una cosa: muchas veces nos rascamos aunque no nos pique nada"
-"Conque te "casastes", ¡Eh, Eustasio?"
-"Sólo te diré una cosa: muchas veces nos rascamos aunque no nos pique nada"