Cuando Bienve y demás amigas, se hicieron esta foto en el Cerro de la Ermita, a Alconchel aun no había llegado la minifalda, aun que ya estaba "al caer", "al contao".
No sé si ellas recordarán que fue Mary Quant la abnderada en el diseño de la "minfalda" que constituyó la revolución de la moda de aquellos años; era una moda, como se decía, actual, que la llevaba una mujer joven con ideas bien definidas sobre la vida, y sobre todo, ¡CON MUCHA PERSONALIDAD! Y es que sabed "salaos" y "salás", modernitos de estos tiempos, que en los últimos de los 60-primeros de los 70, sin personalidad no te comía un Colín...
No sé si ellas recordarán que fue Mary Quant la abnderada en el diseño de la "minfalda" que constituyó la revolución de la moda de aquellos años; era una moda, como se decía, actual, que la llevaba una mujer joven con ideas bien definidas sobre la vida, y sobre todo, ¡CON MUCHA PERSONALIDAD! Y es que sabed "salaos" y "salás", modernitos de estos tiempos, que en los últimos de los 60-primeros de los 70, sin personalidad no te comía un Colín...
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(Entonces no te "comía" (s) un Colín, pero yo aún me como hasta las letras jejejej)
Decía que, la pionera en cuestión de minifaldas fue Mary Quant que comenzó a trabajar en una habitación de su casa y llegó tan alto, que incluso fue condecorada por la Reina Isabel por su contribución al aumento de las exportaciones inglesas...
(Entonces no te "comía" (s) un Colín, pero yo aún me como hasta las letras jejejej)
Decía que, la pionera en cuestión de minifaldas fue Mary Quant que comenzó a trabajar en una habitación de su casa y llegó tan alto, que incluso fue condecorada por la Reina Isabel por su contribución al aumento de las exportaciones inglesas...
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El origen del éxito y la fortuna que amasó en poco tiempo esta "costurera" fue una sencilla idea. Cuando tenía trece años, a Mary Quant le atormentaba el pensamiento de hacerse mayor, porque detestaba "el aspecto" de las personas mayores. Decía que las mujeres usaban corsé, y zapatos de altos y afilados tacones. No tenían trasero..., sino posaderas, y sus bustos eran unos enormes apéndices que siempre las precedían al entrar en una habitación. Pensar que estaba próxima a convertirse en semejante adefesio le hacía llorar...
El origen del éxito y la fortuna que amasó en poco tiempo esta "costurera" fue una sencilla idea. Cuando tenía trece años, a Mary Quant le atormentaba el pensamiento de hacerse mayor, porque detestaba "el aspecto" de las personas mayores. Decía que las mujeres usaban corsé, y zapatos de altos y afilados tacones. No tenían trasero..., sino posaderas, y sus bustos eran unos enormes apéndices que siempre las precedían al entrar en una habitación. Pensar que estaba próxima a convertirse en semejante adefesio le hacía llorar...
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Fue entonces cuando aquella jovencita decidió que las jóvenes debían parecer jóvenes, que las mayores, si así lo deseaban, podían parecer jóvenes también, pero que bajo ningún concepto las jóvenes podían parecer viejas. Este principio era la norma inspiradora de cada prenda diseñada por ella...
Fue entonces cuando aquella jovencita decidió que las jóvenes debían parecer jóvenes, que las mayores, si así lo deseaban, podían parecer jóvenes también, pero que bajo ningún concepto las jóvenes podían parecer viejas. Este principio era la norma inspiradora de cada prenda diseñada por ella...
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Durante los primeros años de los 60, la juventud ocupó el primer plano de la actualidad. Los ojos del mundo se volvieron hacia "el Festivo Londres", con sus Beatles, "sus discotheques", sus largas melenas y, en especial, sus modas. Las jóvenes londinenses seguían la moda de Mary que contaba aproximadamente con la edad de Cristo: unos 33 años.
Era una mujer notable, pero según ella misma decía, no se sentía muy agraciada; tenía - decía- las rodillas redondeadas, finas orejas, y una nariz graciosa. Peinaba sus cabellos pelirrojos en espigado flequillo y vestía sus diseños recién salidos de su taller.
Aunque de carácter tímido y vacilante, sabía ser inflexible cuando creía tener razón. Sus características más acusadas eran su andar firme, su inagotable energía y su extraordinario entusiasmo...
Durante los primeros años de los 60, la juventud ocupó el primer plano de la actualidad. Los ojos del mundo se volvieron hacia "el Festivo Londres", con sus Beatles, "sus discotheques", sus largas melenas y, en especial, sus modas. Las jóvenes londinenses seguían la moda de Mary que contaba aproximadamente con la edad de Cristo: unos 33 años.
Era una mujer notable, pero según ella misma decía, no se sentía muy agraciada; tenía - decía- las rodillas redondeadas, finas orejas, y una nariz graciosa. Peinaba sus cabellos pelirrojos en espigado flequillo y vestía sus diseños recién salidos de su taller.
Aunque de carácter tímido y vacilante, sabía ser inflexible cuando creía tener razón. Sus características más acusadas eran su andar firme, su inagotable energía y su extraordinario entusiasmo...