muy bueno, milagros de verdad, pobre cura.
Ana, para pobre, lo que se dice pobre, el cura que ofició la Misa el día 15 en Alconchel. Yo no sé si es que los músicos, y sobre todo el Maestro de Música, no sabían de qué va La Misa, pero resulta que la oración de El Padrenuestro este año, -que siempre reza todo el pueblo en voz alta-, lo tuvimos que rezar entre una especie de "guirigai" y como diría aquel, "a plazos". Y es que en el momento de comenzar a decir El Padrenuestro, la Banda de música comenzó a tocar, y allí no se aclaraba... ¡Ni Dios! Me imagino lo mal que lo pasaría el pobre cura.
Otra cosa con lo que lo deben pasar muy mal los curas y los padres es, por más que Jesucristo dijo: "Dejad que los niños se acerquen a Mí", cuando las mamás y los papás llevan a sus hijos pequeñitos a oír misa; van todo engalanados, y con carita de angelitos y, como niños que son, que todo hay que entenderlo, al minuto de aparecer el sacerdote y colocarse delante del altar, oyes a uno decir: "Mami, pipi".
Algunos un poco más tímidos, al ver que no le ocurre nada al que abrió el melón, comienzan a pedir lo que desean en ese momento, y se puede oír con claridad, debido a la resonancia, cosas como estas y una detrás de otras: "Quiero ir a la calleeeeee" Buuuuaaaaaaaa, buaaaaaaaaaaaa...."."Quiero ver la cara de la Mingeeeeen..... sí.... síííííííii.... quiedo velaaaaaaaaaaaaa. ¡QUE SSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII!"
¡Teno caloooooooo!... ¡NO, SALÍÍÍÍÍ, NOOOOOOO!.
Ves a los padres, las madres, las tías, los tíos, los abuelos, las abuelas, las primas, los primos y demás familiares, amigos y vecinos, tirando del brazo de uno, tapándole la boca, con peligro de perder un dedo por un mordisco, al otro, salir de la Iglesia, entrar; la puerta que chirría, la sillita que se atasca, el abanico que se cae al suelo, las gafas del papá que cubren la carita del niño....
Otra cosa con lo que lo deben pasar muy mal los curas y los padres es, por más que Jesucristo dijo: "Dejad que los niños se acerquen a Mí", cuando las mamás y los papás llevan a sus hijos pequeñitos a oír misa; van todo engalanados, y con carita de angelitos y, como niños que son, que todo hay que entenderlo, al minuto de aparecer el sacerdote y colocarse delante del altar, oyes a uno decir: "Mami, pipi".
Algunos un poco más tímidos, al ver que no le ocurre nada al que abrió el melón, comienzan a pedir lo que desean en ese momento, y se puede oír con claridad, debido a la resonancia, cosas como estas y una detrás de otras: "Quiero ir a la calleeeeee" Buuuuaaaaaaaa, buaaaaaaaaaaaa...."."Quiero ver la cara de la Mingeeeeen..... sí.... síííííííii.... quiedo velaaaaaaaaaaaaa. ¡QUE SSSSSSSIIIIIIIIIIIIIIIIII!"
¡Teno caloooooooo!... ¡NO, SALÍÍÍÍÍ, NOOOOOOO!.
Ves a los padres, las madres, las tías, los tíos, los abuelos, las abuelas, las primas, los primos y demás familiares, amigos y vecinos, tirando del brazo de uno, tapándole la boca, con peligro de perder un dedo por un mordisco, al otro, salir de la Iglesia, entrar; la puerta que chirría, la sillita que se atasca, el abanico que se cae al suelo, las gafas del papá que cubren la carita del niño....
pues a ver si voy y os canto yo una jota a el año que viene y la salve rociera, montais un karaoque y yo canto, por rocio durcal, la pantoja, lola flores, y lo que te he dicho la salve rociera.