ETERNA JUVENTUD.
Yo no seré viejo nunca,
aunque me muera de viejo,
pues llevo en mi corazón
un florido abril eterno.
No quiero sombra ni frío,
lo que me espera en el seno
de la tierra, la madrastra,
en la que polvo seremos.
Yo quiero sol, mucho sol,
luz y calor ser yo quiero
y en rayo de sol trocado
en la tierra ser eterno.
Aunque soy Matusalén,
nunca me trato con viejos
que ya eran viejos de alma
dentro del claustro materno.
Aunque el dolor me maltrate,
jamás del dolor me quejo,
pues no quiero que en la brisa
flote de mi queja el eco.
Yo no seré viejo nunca,
aunque me muera de viejo,
pues llevo en mi corazón
un florido abril eterno.
Yo me moriré de joven,
aun con más años que el tiempo,
¡que llevo a Dios en mi alma
y Dios nunca será viejo!
Autor: Fernando de los Ríos y Guzmán.
Edita: El autor
Yo no seré viejo nunca,
aunque me muera de viejo,
pues llevo en mi corazón
un florido abril eterno.
No quiero sombra ni frío,
lo que me espera en el seno
de la tierra, la madrastra,
en la que polvo seremos.
Yo quiero sol, mucho sol,
luz y calor ser yo quiero
y en rayo de sol trocado
en la tierra ser eterno.
Aunque soy Matusalén,
nunca me trato con viejos
que ya eran viejos de alma
dentro del claustro materno.
Aunque el dolor me maltrate,
jamás del dolor me quejo,
pues no quiero que en la brisa
flote de mi queja el eco.
Yo no seré viejo nunca,
aunque me muera de viejo,
pues llevo en mi corazón
un florido abril eterno.
Yo me moriré de joven,
aun con más años que el tiempo,
¡que llevo a Dios en mi alma
y Dios nunca será viejo!
Autor: Fernando de los Ríos y Guzmán.
Edita: El autor