Una mañana de primavera, en que el parte meteorológico pronosticaba tiempo tormentoso, una niña que vivía cerca de su colegio le llevó a la maestra una esquela de sus padres, que decía: "Si usted cree que es inminente una tempestad con truenos, le ruego le de permiso a Juanita para que venga a casa a darle un sedante al perro" jajajajajaa ¡Qué ingeniosa, la niña!