Una mujer le dice, muy afligida, a su marido:
- ¡Mi mamá acaba de dislocarse el brazo! ¿Qué hago? ¿La vendo?
- ¡Sí!, ¡Sí! -respondió, jubiloso, el marido-. ¡Véndela a cualquier precio! ¡Y hasta a plazos!
- ¡Mi mamá acaba de dislocarse el brazo! ¿Qué hago? ¿La vendo?
- ¡Sí!, ¡Sí! -respondió, jubiloso, el marido-. ¡Véndela a cualquier precio! ¡Y hasta a plazos!