¡Jolín!, después de un traguete, una sartená de gachas, y unos trozos de somarro, cualquiera de ellos es capaz de "echarse un cante" como este:
Sobre ese seno turgente,
tan blanco y exuberante,
¡quién sabe si dulcemente
dormirá cualquier amante
archipistonudamente!
Sobre ese seno turgente,
tan blanco y exuberante,
¡quién sabe si dulcemente
dormirá cualquier amante
archipistonudamente!