Los padres debemos aceptar el hecho de que habrá momentos en que los hijos nos odien, pero de cómo utilicen los chicos su odio dependerá que pueda ir a la universidad o quizá a la cárcel.
Hemos de recordar siempre, que los padres tenemos "derechos", y que como todos los derechos, éstos se pierden cuando no se ejercen.