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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

"Emergían del piso de madera, relataba mi vecina con cara de susto, eran androídes con ojos de tirabuzón, y exhalaban un humo verdoso. Corrí hasta la cocina, y allí volví a verlos saliendo del congelador. Al mismo tiempo, una pandilla de maleantes con chaquetas negras y cuchillos en mano irrumpió saltando desde las ventanas. No pude menos que pensar, decía: "Esto es una pesadilla, y tengo que despertar"...

¡Jolín!, suerte que el relato fue cortito, porque si no, yo creo que me hace coger miedo para toda la noche, la "miedica" de mi vecina...

No creáis que es esta sólamente la vecina que tengo "miedica"; en Alconchel tengo otra que paqué las prisas... Cuantas veces nos ha dicho: "Anoche me quedé sóla con los chicos, y no sabéis los repisa que estuve después... ¡No me podía dormir del miedo que tenía! Y no vayáis a creer que es porque cuando dormía tenía pesadillas, no... es que cualquier "bichejo" la asusta, y ya véis... pasando el verano en un pueblo como el de Alcocnhel.... ¡Pós anda que no hay "bichos!...

Esta vecina de aquí, era voluntaria en un laboratorio del sueño, donde los investigadores la despertaban en momentos decisivos para llevar un registro de sus sueños. Los autómatas habían ido a visitarla después de las cuatro de la mañana, hora en la que la pesadilla, vieja enemiga de la humanidad, suele afligir a los durmientes...

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Las pesadillas más aterradoras se asemejan a las de mi vecina. Son sueños impregnados de una sensación de desamparo y de la presencia o amenaza de violencia. Estruendosas, cruzan por nuestra mente con malévola energía...

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En el caso de mi vecina, es fácil relacionar a los androides de la pesadilla con las películas que a ella le gusta ver; y los maleantes derivan de un asalto que sufrió en la vida real. Pero la esencia de su sueño fue el terror...

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el mismo pavor intenso, penetrante, que la ha sobrecogido en las pesadillas que padece desde que era muy pequeña...

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Según se dice, los sueños han cautivado desde siempre a los humanos, y abundan los estudios sobre su significado y lo que verdaderamente ocurre en el cerebro mientras soñamos...

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No obstante, el estudio de las pesadillas se ha descuidado inexplicablemente. Hoy día esta situación está cambiando. En los años 90 se efectuaron estudios serios para averiguar cuántos de nosotros sufrimos pesadillas. Aunque los resultados distaban mucho de ser concluyentes...

e la población adulta tenemos pesadillas ocasionalmente (más de una vez al año), y que una pequeña proporción, quizá menos del cinco por ciento, las sufrimos periódicamente (más de una vez por semana)...

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Según la creencia popular, los sueños infantiles son pura inocencia; hoy día, no obstante, muchos expertos consideran que nuestros sueños de horror pueden, efectivamente, remontarse hasta la infancia...

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Las investigaciones han demostrado que la vida onírica de los pequeños es mucho más turbulenta de lo que se suponía, así como que su vida en estado de vigilia resulta mucho más difícil y peligrosa de lo que los padres suelen pensar...

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Desde la cuna, los niños se ven importunados contínuamente por amenazantes formas extrañas, y carecen de crietrio para discernir lo que es bueno de lo que puede ser nocivo...

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Tales temores, sugieren los estudios más recientes, pueden traducirse en pesadillas al paso del tiempo. ¿Alguien se acuerda del miedo que se sentía cuando en las paredes de nuestro cuarto las sombras que formaban los hilillos de luz de la calle, que se filtraban por las persianas de las ventanas, se nos volvían "huéspedes"...

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Aquellos "huéspedes", dependiendo de nuestro estado de ánimo, o de lo que hubiésemos "vivido" aquel día, podían ser culebras, lagartos, brujas, ogros, el sacasebos, toros, lobos... Otras veces, aquellas sombras o "huéspedes" se convertían en caras conocidas, o flores, pájaros, estrellas..., pero estas eran las menos...

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Yo creo que cuando somos pequeños, todos tenemos pesadillas, pero muchas veces me he llegado a preguntar por qué algunos adultos no las tienen.
Según leí una vez, se obtuvieron ya algunos indicios en investigaciones como la de la Universidad de Waterloo, en Ontario, Canadá. Entre los 314 estudiantes examinados, resultó tres veces más probable que quienes se especializaban en Bellas Artes tuvieran pesadillas, en comparación con los que estudiaban Educación Física...

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Todo esto me hace pensar que ciertos tipos de personalidad posiblemente estén, o sean más propensos que otros a las pesadillas...