Un discurso de imperecedera actualidad.
¿Qué debemos hacer? ¿Hacia dónde hemos de volvernos para salvar nuestras vidas y el porvenir del mundo?. A los ancianos no les importa tanto: de todas maneras, pronto se irán. Pero no puedo menos que conmoverme al mirar a la juventud, con su incesante actividad y su ardor, y sobre todo al mirar a los niños, entregados a sus alegres juegos; entonces me pregunto qué sería de ellos si Dios se cansara de la humanidad...
¿Qué debemos hacer? ¿Hacia dónde hemos de volvernos para salvar nuestras vidas y el porvenir del mundo?. A los ancianos no les importa tanto: de todas maneras, pronto se irán. Pero no puedo menos que conmoverme al mirar a la juventud, con su incesante actividad y su ardor, y sobre todo al mirar a los niños, entregados a sus alegres juegos; entonces me pregunto qué sería de ellos si Dios se cansara de la humanidad...
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Hay tiempo y esperanza si combinamos la paciencia con el valor. Llegará el día en que la lealtad, el amor al prójimo, el respeto a la justicia y a la libertad, hagan posible que las generacionesatormentadas avancen, serenas y triunfantes, apartándose de la época atroz en que nos ha tocado vivir...
Hay tiempo y esperanza si combinamos la paciencia con el valor. Llegará el día en que la lealtad, el amor al prójimo, el respeto a la justicia y a la libertad, hagan posible que las generacionesatormentadas avancen, serenas y triunfantes, apartándose de la época atroz en que nos ha tocado vivir...
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Mientras tanto, no hay que flaquear nunca, ni cansarse, ni desesperar jamás.
Sir Winston Churchill.
Mientras tanto, no hay que flaquear nunca, ni cansarse, ni desesperar jamás.
Sir Winston Churchill.