Ofertas de luz y gas

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

DOCE HOMBRES CON FE.

" ¡Seguidme!" Esta breve orden fue dada por un forastero que iba de paso. Mateo, el recaudador de impuestos, se levantó de su desordenada mesa y abandonó la cabaña de la aduana sin hacer preguntas ni poer condiciones...

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Y, sin embargo, sabía, al igual que los otros elegidos, que sólo la muerte podría cortar el lazo que acababa de anudarlos con el desconocido...

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De este modo, Jesús, que comenzaba sus ministerio, escogió doce discípulos para que compartieran las penurias de su corta carrera, escucharan sus enseñanzas y se hicieran partícipes de su fe. ¿Quiénes eran aquellos hombres?...

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Aunque se han erigidocatedrales para glorificar sus nombres, y la leyenda ha tejido distintas historias respecto de ellos, poseemos pocos datos de sus vidas...

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La pálida luz de la historia enfoca la figura del Salvador y parece, en cambio, dejar en la sombra a las personas que compartieron de algún modo su vida, y cuyos temperamentos variaban desde la áspera impetuosidad de Simón Pedro hasta la fría racionalidad de Felipe...

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Mas todos ellos formaban una estrecha hermandad que se nutría de Cristo: "Yo soy la vid. Vosotros, los sarmientos"...

"PESCADORES DE HOMBRES".

No había nada extraño en el hecho de que un predicador de paso eligiera discípulos. Los profetas judíos, como por ejemplo Isaías, habían sido acompañados por fieles seguidores; también los rabinos los tenían en la época de Cristo, y todavía practican dicha costumbre los religiosos de la India...

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Pero el llamamiento de Jesús exigía una aceptación total e inmediata. Significaba abandonar "hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijo o tierras"...

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Cierto candidato fue rechazado porque antes de convertirse en discípulo suyo deseaba volver a su casa y despedirsae de sus parientes...

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"Nadie que, después de haber puesto la mano sobre el arado, mire atrás, es apto para el reino de Dios", le dijo Cristo...

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Jesús reclutó a sus primeros discípulos, que constituirían el núcleo de su grupo, en las aldeas cercanas al extremo norte del mar de Galilea. Eran los hermanos Simón Pedro y Andrés, hijos de Jonás, y santiago y Juan, hijos de Zebedeo...

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A éstos no tardarían en sumarse otros. Si bien el Nuevo Testamento nos ofrece cuatro listas que difieren entre sí, la tradición completa la nómina con los siguientes nombres: Felipe, Bartolomé, Mateo el publicano, Tadeo, Santiago el de Alfeo, Simón, el celador, Tomás y Judas Iscariote...

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¿Por qué doce? Jesús deseaba que sus discípulos representaran las doce tribus de su pueblo para que formaran, en espíritu, un "nuevo Israel"...

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Aparte de esto, el doce era un número místico que sugería en ciclo lunar y las horas del día. Salvo Juan, todavía adolescente, los Doce eran hombres vigorosos y en plenitud de su vida, endurecidos por sus actividades al aire libre y por los fuertes contrastes del clima local...

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En general provenían de clases modestas, puesto que la ayuda a los pobres constituía la parte más importante de la misión de Cristo...

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Cuatro de ellos eran pescadores y, en poco tiemo, Jesús los convirtió a todos en "Pescadores de hombres"...

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Los Doce llevaban barba, iban calzados con sandalias, vestidos con ropas de tejido burdo y tocada la cabeza con un paño suelto, características que los asemejaban mucho a los beduinos nómadas que todavía existen en las colinas de Galilea...

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Si bien dos de ellos (Mateo y Juan) escribirían Evangelios y varios otros nos dejarían epístolas dictadas o manuscritas, había pocos que hubieran recibido instrucción regular...

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Tanto Cristo como todos ellos hablaban el arameo, idioma de raíz semítica...

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NO debemos imaginar que sus actividades los llevaban a representar de continuo el drama de la Pasión. Por el contrario, entre los grandes hechos realizados por los ellos, de que nos dan noticia los Evangelios, su vida debió ser la del común de los hombres...

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Mientras recorrían los caminos, surgirían entre los componenetes del grupo las lógicas afinidades y las disputas ocasionales. Cuando la madre de santiago y de Juan pidió a Jesús, con el consentimiento de sus hijos, que los colocara más cerca de El en el futuro reino, los otros diez se "enojaron", y el Maestro tuvo que apaciguar sus exaltados sentimientos diciéndolesque "el que entre vosotros quiera ser el primero, sea vuestro siervo"...

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OVEJAS ENTRE LOBOS.

Jesús y sus doce discípulos recorrieron la campiña de Galilea para llevar su mensaje a las aldeas. Uno o dos de ellos solían adelantarse y preparar la llegada del Maestro. Carecían de alojamiento. ("Las raposas tienen guaridas, y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza")...

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Con todo, casi nunca les resultaba difícil encontrar un sitio para pasar la noche. Dormían en cavernas y en lugares protegidos o, si la suerte los favorecía, en casa de algunos amigos, como por ejemplo, la de la bulliciosa y hospitalaria Marta...

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Cuando la fama de Jesús se extendió por la comarca, comenzaron a formarse multitudes dondequiera que aparecía, hasta el punto de que a veces noo dejaban al grupo "ni espacio para comer"...

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En cierta ocasión, queriendo el Señor orar a solas, se apartó de sus discípulos mucho antes de que amaneciera, pero al poco tiempo marchó a buscarlo una partida encabezada por Pedro: "Todos andanen busca de ti", le dijeron...

"Todos andan en busca de ti", le dijeron...

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A juzgar por la reacción de la multitud (una mujer le gritó cierta vez: "Dichoso el seno que ete llevó), la personalidad de Cristo ejercía un poder irresistible...

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Su magnetismo y su autoridad naturales, realzados por su sencillez, se ponen de manifiesto con claridad a través de las narraciones de los Evangelistas...

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Mientras los Doce compartían la intimidad de su vida diaria y conversaban con él durante sus prolongadas caminatas por el campo, o entorno al fuego del campamento, sentían que los poseía una luminosa fuerza que iba modelando sus mentes de forma casi imperceptible...

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Pero si el Señor se prodigó sin reservas, también recibió numerosas dádivas. En su insondable aislamiento, la presencia cálida e intensamente humana de sus discípulos lo debió recorfartar...

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En una ocasión les dijo: "Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo, pero os digo amigos". Cuando muchos de sus otros seguidores comenzaron a apartarse de él, les preguntó: " ¿Queréis iros vosotros también?" Frase en la que se percibe su profunda amargura...

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A los Doce se les exigía un gran valor. Jesús insistía en que a veces debían presentarse solos ante los fieles que los escuchaban, con objeto de prepararse para su futuro papel de misioneros y predicadores...

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En dichas ocasiones no ignoraba los riesgos que los acechaban: "Os envío como ovejas en medio de lobos". No cabe duda de que se encontraron en situaciones difíciles y que hasta llegaron a ser golpeados y apedreados por lugareños que los miraban con recelo u odio...

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Pero los golpes recibidos les dieron experiencia. Lenta y penosamente, los discípulos se iban convirtiendo en verdaderos apóstoles (palabra que en griego significa "enviado"). Con el tiempo llegarían a ser esforzados paladines que, con una sola y notable excepción, continuarían el apostolado del Maestro después de su muerte y se expondrían a abrumadores peligros para cambiar el mundo...

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"Y UNO DE VOSOTROS ES UN DIABLO".

Sin embargo, mientras el Señor convivió con ellos, ni el más perspicaz de los Doce llegó a comprender bien el sentido de su misión...

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En cierta ocasión le pidieron que les explicara una parábola. Suspirando, el Maestro repuso: " ¿No entendéis esta parábola? Pues, ¿cómo vais a entender todas las otras?"...

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Cuando Felipe pide pruebas para afirmae su fe, le contesta tristemente: "Felipe, ¿tanto tiempo ha que estoy con vosotros y no me habéis conocido?"...

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No debemos olvidar que los Doce habían sido educados en la tradición mesiánica. Humillados por el dominio que ejercía Roma sobre su país, veían en Cristo al "rey" que libertaría a Israel del odiado conquistador...

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Pero que el Mesías pudiera redimir al mundo padeciendo una muerte ignominiosa escapaba a su entendimiento. Cuando Jesús entró en Jerusalén en triunfo se alegraron, pero no por la razón que debían haberlo hecho...

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Juan, uno de sus discípulos, se avergüenza al recordar que sus compañeros "no comprendían"...

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A medida que pasaba el tiempo, el antagonismo entre Jesús y los dirigentes locales (fariseos y escribas) se hacía más violento. Cristo previno a sus doce hombres...

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"Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan... por mí". "El cáliz que yo he de beber, lo beberéis "...

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Y, presintiendo por primera vez las cosas que ocurrirían, les sorprende al preguntarles: " ¿No he elegido yo a los doce? Y uno de vosotros es el diablo"...

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Y a partir de ese momento, en los Evangelios figuran algunas señales de la futura traición que cometería Judas...

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Sabemos por la biblia que Judas "tenía la bolsa" (hacía las veces de tesorero del grupo) y preguntó a los sacerdotes: "Qué me dais si os lo entrego?" Pero si bien la codicia parece haber sido el motivo de la perfidía, cabe preguntarse: ¿Es que treinta "shekels" nada más justifican el crimen?...

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¿O se trataría sólo del pago inicial de una cantidad mayor? Nunca sabremos la verdad...

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LA SALVACIÓN DEL MUNDO.
"Mi tiempo está próximo", dice Jesús. Es la fiesta de la Pascua hebrea. Se ha preparado una habitación tranquila en el piso alto de la casa de un hombre rico situada en los verdes confines de Jerusalén...

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Cuando están a punto de terminar la cena pascual en la que han servido pan, pescado, cordero, y vino, Cristo lava los pies de los discípulos en acto de amor y de suprema humildad...

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Al acabar, sereno y melancólico, pronuncia las trascendentales palabras: "En verdad os digo que uno de vosotros me entregará". Y, aprovechando el clamor de protestas indignadas o alarmadas, Judas se escabulle...

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San Juan registra en el Cuarto Evangelio la oración con la que el Señor, en la Última Cena, encomienda a su Padre a los que quedan...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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En todo el Nuevo Testamento no hay expresión más excelsa del amor que el Maestro profesaba a sus discípulos: "He manifestado tu nombre a los hombres que de este mundo me has dado...