LA ROPA DE LOS LIRIOS.
Historia de un holandés que dió nuevos colores y nueva gracia a una antigua belleza.
Hacía muchos años que en las nevada cima del monte Hood sólo quedaba el recuerdo del famoso y hoy extinto volván allí existente. Pero cada verano había en la falda de ese monte una formidable explosión, no de materias volcánicas, sino de la multicolor belleza que muestran millones de lirios al florecer...
Historia de un holandés que dió nuevos colores y nueva gracia a una antigua belleza.
Hacía muchos años que en las nevada cima del monte Hood sólo quedaba el recuerdo del famoso y hoy extinto volván allí existente. Pero cada verano había en la falda de ese monte una formidable explosión, no de materias volcánicas, sino de la multicolor belleza que muestran millones de lirios al florecer...
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El dueño y cultivador de esas plantas era Jan de Graaff, el holandés "loco por los lirios", que en los últimos treinta años había obtenido en su finca de cincuenta hectáreas diversas variedades que prestaban gran novedad, tanto de forma como de matices, a una flor tan de antiguo conocida...
El dueño y cultivador de esas plantas era Jan de Graaff, el holandés "loco por los lirios", que en los últimos treinta años había obtenido en su finca de cincuenta hectáreas diversas variedades que prestaban gran novedad, tanto de forma como de matices, a una flor tan de antiguo conocida...