PASIÓN ANTIORTOGRÁFICA.
Tengo un novio, querido lector,
que es un hechizo, un primor;
pero por suerte impía
escribe... que causa horror
el mirar su ortografía.
Como él nunca repara
en el gramático aliño,
a lo mejor se dispara
poniendo "vardón", "karriño",
"hiluzión", "berdá" y "andara".
Y es tal la exageración
de ese defecto que tiene,
que escribe, sin turbación,
"onvre"... ¡sin "hache", con "ene"
y con "v" de corazón!
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