ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

No es fácil para las mujeres, desde luego, convivir con la combinación de las virtudes, las debilidades, la arrogancia y las vacilaciones de nuestros maridos. Alardearán, se quejarán, nos recriminarán, y nos ensalzarán en rápida sucesión; tratarán de impresionarnos con su arrojo, reclamará nuestra atención...

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Hay veces en que las mujeres nos preguntamos si somos capaces de llegar a hacer felices a nuestros maridos, y otras en que dudaremos si merece la pena hacer el esfuerzo para lograrlo...

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El lunes, las mujeres nos convencemos de que los maridos nos quieren sólo como amantes; el martes pensamos que nos quieren como madres; el miércoles que nos aman; el jueves, que nos aborrecen; el viernes estaremos seguras de que ni siquiera saben que existimos; y el sábado sentimos ganas de gritar si nos nos dejan solas unos momentos.
Y cualquiera de estas cosas que pensamos, será cierta en uno u otro instante.

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En cuanto al aspecto sensual del matrimonio, podríamos empezar por definir a nuestros maridos como individuos a quienes no les disgusta ver en una reunión a mujeres (siempre que no sea la suya propia) con escotes exagerados. Consideran inofensivas sus propias miradillas, pero quieren protegernos, a nosotras, sus esposas, de esos bergantes sin escrúpulos que son sus amigos.

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Hay infinidad de mujeres que creen que si no demuestran continuamente lo atractivas que resulatn para otros hombres, sus maridos se sentirán seguros de ellas y no les harán caso...

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Mi consejo, amigas mías, es que hagáis cuanto esté en vuetsra mano por que vuestros maridos puedan sentirse seguros de vosotras...

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Hay hombres que necesitan tener la certeza de que el amor de su mujer le pertenece por completo y de que ya no tiene que competir por él. Si no pueden tener esa seguridad (recíproca), el resultado es, simplemente cualquier cosa menos matrimonio...

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Probablemente, amigas, descubriremos que nuestros maridos parecen tener ideas extrañas acerca de la naturaleza y los fines del amor conyugal. Hay muchas razones por las que los maridos quieren hacer el amor a sus mujeres, todas ellas de gran importancia para él...

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Pueden tener ese deseo porque estén en un momento sentimental o se sientan felices, tristes, alarmados, de mal humor, optimistas, deprimidos, o inquietos. Por todo esto, quizá podamos pensar que nos buscan como un remedio, y llegar a ofendernos...

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lo más importante, sin embargo, entre cuanto debemos tener presente, es que el motivo de que nos quieran en su casa es que la vida hogareña que nosotras les proporcionamos da sentido y justificación a la lucha por la existencia...

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Con estos héroes taciturnos, estos hipócritas vulgares, estos tiranos sentimentales, podemos encontrar la dicha... si hacemos honradamente un esfuerzo por comprenderlos.

Un beso amigas, y paciencia con éllos.