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Una señora iba conduciendo por una autopista y advirtió que, aunque había sobrepasado el límite de velocidad, los otros coches la revasaban como si ella no avanzara. De pronto, oyó una sirena y vio a un oficial de policía que le hacía señas de que se detuviera. Mientras esperaba que la señora encontrara el carnet de conducir, el policía le preguntó amablemente:
- ¿Sabe usted por qué la he detenido?
-Sí, señor -replicó, molesta la señora-, Porque no pudo darle alcance a ningún otro coche.
- ¿Sabe usted por qué la he detenido?
-Sí, señor -replicó, molesta la señora-, Porque no pudo darle alcance a ningún otro coche.