TORNABODA.
Y se casaron los dos,
Juan Antonio y Nicolasa,
y se fueron a su casa
en paz y en gracia de Dios...
Y se casaron los dos,
Juan Antonio y Nicolasa,
y se fueron a su casa
en paz y en gracia de Dios...
...
Salvo los preliminares
de - ¿me quieres?- y te quiero.
-Mi esperanza...-Mi salero...
y otros "mis" siempre vulgares,
hubo que ella se escondía
para que Juan no la viera
desnudarse y que él quisiera
servirla de aya y de tía...
Salvo los preliminares
de - ¿me quieres?- y te quiero.
-Mi esperanza...-Mi salero...
y otros "mis" siempre vulgares,
hubo que ella se escondía
para que Juan no la viera
desnudarse y que él quisiera
servirla de aya y de tía...
...
-Apaga la luz- pedía
Nicolasa, y el tunante
decía: -Voy al instante...-
pero no la complacía.
¡Apagar! sí... De poder,
quisiera en aquel momento
ver con cristales de aumento
las formas de su mujer...
-Apaga la luz- pedía
Nicolasa, y el tunante
decía: -Voy al instante...-
pero no la complacía.
¡Apagar! sí... De poder,
quisiera en aquel momento
ver con cristales de aumento
las formas de su mujer...
...
¿cómo había de apagar
Juan enamorado y loco,
si le parecía poco
iluminado el hogar?
Ella apagó, y el traidor
de nuevo tornó a encender,
y se acostó la mujer...
y... ¡No sigamos, lector"...
¿cómo había de apagar
Juan enamorado y loco,
si le parecía poco
iluminado el hogar?
Ella apagó, y el traidor
de nuevo tornó a encender,
y se acostó la mujer...
y... ¡No sigamos, lector"...
...
Pintar lo que los esposos jugaron,
fuera imprudente;
pero hablando solamente...
¡Eran los dos tan dichosos!...
Llegó el momento anhelado;
la inocente resistía...
Juan... Pero Juan, ¿qué vería
que gritó: - Mehas engañado?
Ello fue que, cuando apenas
en el nuevo día entraban,
Nicolasa y Juan lloraban
lo mismo que Magdalenas.
Pintar lo que los esposos jugaron,
fuera imprudente;
pero hablando solamente...
¡Eran los dos tan dichosos!...
Llegó el momento anhelado;
la inocente resistía...
Juan... Pero Juan, ¿qué vería
que gritó: - Mehas engañado?
Ello fue que, cuando apenas
en el nuevo día entraban,
Nicolasa y Juan lloraban
lo mismo que Magdalenas.