Buenos días Cuenka, así estamos chica, así estamos, con la única diferencia que no es Cataluña solamente la que mama, porque si solamente fuese Cataluña, sería España a la que también de eso le tocaría un poco, porque si quieren algunos, como si no, Cataluña hoy por hoy es España, pero no, quien ha mamado de verdad, han sido cuatro políticos "espavilaos" que serán muy católicos, romanos y apostólicos; irán a comulgar sin haberse confesado o sin vergüenza torera" de decir la verdad de lo que han estado haciendo, que es llevarse el dinero que era de "otres" a Suiza u otros paraísos fiscales, sin tener en cuenta que en Cataluña es donde más deuda autonómica hay y donde más "parado" hay también. Esto lo han echo a conciencia y caiga quien caiga, es igual que haya familias donde sus hijos estén mal alimentados, donde su vida sea desde que nacen un problema, pues todos sabemos que donde no hay harina todo es tremolina... Esta gente, ya hace mucho tiempo que perdió la verguenza y ya no le importa salir a la calle con la cabeza alta, presuntuosos y altaneros, encima... No sé si llegará el día en que paguen todo lo que han hecho, porque a veces la vida es tan injusta con algunas personas que hasta dudas si existen leyes, o justicia Divina. A mi me gustaría que pasasen, no solamente por la cárcel, sino un tiempo pasando calamidades y con niños que alimentar, para que supiesen lo que muchos padres de familia deben estar sufriendo en estos tiempos que estamos pasando... Rezo para que todos estos personajes prueben la misma medicina...
Rosa, esta mañana estoy un poco cabreada, y no conmigo, sino con esta gentuza que está pululando y "robando" lo que puede y haciendo mucho mal a personas que no les tocan nada: por supuesto que a las suyas, NO...
Mira te explico una de las cosas que me ha hecho pensar estos días, entre otras muchas que me invitan a ello.
Una mañana estaba en el parque que hay cerca de mi casa con mi nieto, y al girar la cabeza ví que había una mujer del barrio con la que nunca he hablado, más o menos de mi edad. Estaba sóla, y se encontraba llorando. Lo primero que pensé fue en que quizá hubiese muerto un hijo al que desde niño llevaba en una silla de incapacitado cerebral. Siempre la ví con él sóla, y algunas veces, pero las menos, se paraba a hablar con alguna persona del barrio. Como soy muy impulsiva, sin pensármelo dos veces, me acerqué a ella y le pregunté si se encontraba mal y si necesitaba ayuda. La reacción de ella fue levantarse, dar un giro, y salir casi corriendo diciéndome: "Dejame".
La dejé que hiciese su voluntad y que se fuese a llorar donde quisiera, hasta llegué a arrepentirme de no haberla dejado llorar a gusto y tranquila...
A los dos días, la ví con su hijo en la silla, y me alegré de haberme equivocado en el primer pensamiento que tuve cuando vi llorar a su madre, pues casi estoy segura de que ese hijo le habrá dado muchos pesares, pero algo bueno también le habrá dado... Después de verla con su hijo sólo me queda pensar el por qué de sus lloros, si no le habrán quitado ayudas para su hijo..., si su hijo se habrá hecho mayor y le quedará poco de vida..., en fin, pienso muchas cosas, por eso cuando leo casos como este de Los Puyoles Mases y Compañía, no puedo estar sin cabrearme, aunque sea por unas horas, porque no podemos estar cabreados siempre: nuestra familia no quiere vernos cabreados, así que... ¡A seguir sin remedio! Y a ayudar, si podemos, o nos dejan...
Mira te explico una de las cosas que me ha hecho pensar estos días, entre otras muchas que me invitan a ello.
Una mañana estaba en el parque que hay cerca de mi casa con mi nieto, y al girar la cabeza ví que había una mujer del barrio con la que nunca he hablado, más o menos de mi edad. Estaba sóla, y se encontraba llorando. Lo primero que pensé fue en que quizá hubiese muerto un hijo al que desde niño llevaba en una silla de incapacitado cerebral. Siempre la ví con él sóla, y algunas veces, pero las menos, se paraba a hablar con alguna persona del barrio. Como soy muy impulsiva, sin pensármelo dos veces, me acerqué a ella y le pregunté si se encontraba mal y si necesitaba ayuda. La reacción de ella fue levantarse, dar un giro, y salir casi corriendo diciéndome: "Dejame".
La dejé que hiciese su voluntad y que se fuese a llorar donde quisiera, hasta llegué a arrepentirme de no haberla dejado llorar a gusto y tranquila...
A los dos días, la ví con su hijo en la silla, y me alegré de haberme equivocado en el primer pensamiento que tuve cuando vi llorar a su madre, pues casi estoy segura de que ese hijo le habrá dado muchos pesares, pero algo bueno también le habrá dado... Después de verla con su hijo sólo me queda pensar el por qué de sus lloros, si no le habrán quitado ayudas para su hijo..., si su hijo se habrá hecho mayor y le quedará poco de vida..., en fin, pienso muchas cosas, por eso cuando leo casos como este de Los Puyoles Mases y Compañía, no puedo estar sin cabrearme, aunque sea por unas horas, porque no podemos estar cabreados siempre: nuestra familia no quiere vernos cabreados, así que... ¡A seguir sin remedio! Y a ayudar, si podemos, o nos dejan...