...
Según le dijo a Noel, el
pino tenía unos cien años, y él lo tenía desde hacía 30 y llegaría a su perfeccionamiento pasado medio siglo, y sonriendo continuó diciendo: Desde luego, los mejores bonsais duran casi siempre, mucho más que sus dueños, pero gran parte del placer que sentimos al tenerlos estriba en haber procurado que lleguen a ser perfectos, aunque nosotros no los veamos.