Una adivina exigió a un cliente que le diese diez euros para iniciar la consulta; luego le dijo que podía hacerle dos `preguntas.
- ¿No le parece demasiado dinero por sólo dos preguntas?- protestó el cliente.
-Sí -confesó la pitonisa-, ¿Cuál es su segunda pregunta?
- ¿No le parece demasiado dinero por sólo dos preguntas?- protestó el cliente.
-Sí -confesó la pitonisa-, ¿Cuál es su segunda pregunta?