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¡Verme rodeada de
flores que nos brindan y acarician con sus fragancias!, decia suspirando. Aparte de lo poético que esto le resultaba, había en ello un encanto y una satisfacción inconcebibles. Las plantas son agradecidas, pensaba; parace que lo que han perdido los hombres de esta hermosa facultad, lo han recogido ellas...