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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

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El sabor de la madera resulta desagradable a casi todas las especies animales. A estas características añaden los árboles de la familia de las pináceas la de tener unas sustancias químicas tales como aceites, gomas, y resinas que repelen las bacterias, los hongos y los insectos...

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A las polillas, por ejemplo, le repugna el aromático aceite del cedro rojo que, sin embargo, no resulta desagradable al olfato del hombre...

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La evolución del árbol ha sisdo obra de siglos. La primera planta semejante a un árbol de que se tiene noticia en la Tierra, dicen que nació hará unos cuatrocientos millones de años, en el período geológico llamado devoniano inferior...

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Por los fósiles que se conservan de él se puede ver que era apenas un delgado tallo de 75 cms. a un metro de alto y doce milímetros de diamétro...

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El árbol al que me refiero es el Psilophyton, o "Planta desnuda", y carecía de hojas o agujas. Su corteza, según los estudiosos, espinosa y de color verde, realizaba la nutrición por fotosíntesis. Como carecía de semillas, se reproducía por medio de esporas, lo mismo que los musgos y los helechos...

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Este árbol no tenía yemas en las ramas, por lo que éstas se prolongaban en espiral y se desenrrollaban como la fronda de los helechos. Tampoco tenía auténticas raíces, sino una maraña de ramas situada en la base mediante la cual absorbía el agua...

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Pero lo más importante de todo es que aquella "planta desnuda" se mantenía derecha y extendía sus verdes ramitas hacia la luz del sol y hacia el aire...

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A salvo, en la orilla de un río, protegida de los embates del agua y del viento, la "planta desnuda" temblaba sola en el borde de un deslumbrante continente tan vacío como el cielo. Esto es lo que imaginamos, pues en la Tierra, aún no había insectos, hierbas, flores ni pájaros, sino estériles arenas y rocas...

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Sin embargo, aquella frágil "planta desnuda" fue el origen de los árboles que más tarde llevarían la vida a los continentes...

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Se dice que durante cincuenta millones de años los descendientes de dicha planta fueron multiplicándose y evolucionando hasta formar un bosque con ejemplares que medían doce metros de alto y más de un metro de diámetro...

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También se ha escrito que entre 1920 y 1930 se hallaron los restos de uno de estos bosques en las montañas Catskill, situadas en el Estado de Nueva York, cuando se procedía a los trabajos de excavación par construir el pantano de Gilboa...

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En aquella ocasión aparecieron cientos de petrificados tocones que mostraban en su negra superficie unos surcos semejantes a los que presenta la corteza del pino actual...

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El centro del tronco era blanco y meduloso como el de la palmera. Dichos árboles se habían reproducido, como sus antecesores, por esporas. Las raíces se extendían horizontalmente por la ciénaga absorbiendo su agua...

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La arenisca inmediata a los tocones indicaba, según los expertos, que el bosque se había formado gracias a la protección que le prestaban las dunas alineadas a lo largo de la orilla del mar...

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Aquellos árboles tenían una base bulbosa, que, quizá al soplar el viento, les permitiría mantenerse erctos en el inestable lecho fangoso, como ocurre con los muñecos llamados tentetiesos...

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La fabulosa historia de la expansión de los grandes bosques por los continentes nos ha sido contada por los yacimientos carboníferos existentes en todo el mundo, los cueles se formaron con restos de plantas y materiales leñosos...

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Las vetas de carbón encontradas revelan que en las ciénagas prehistóricas brotaron diferentes clases de árboles a la vez que toda la gama de la flora primaria compuesta por helechos, musgos, líquenes y equisetáceos o colas de caballo...

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El clima subtropical que predominaba en la mayor parte del globo durante la era carbónica favoreció la formación de bacterias. El húmedo estiércol de las ciénagas se extendió por los valles, que se convirtieron en verdaderos "caminos reales" donde proliferaron los grandes bosques...

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Su reproducción por esporas impedía que los árboles pasaran de una fase de desarrollo en zonas pantanosas a otra en terrenos secos, por lo que necesitaban hallar un mecanismo diferente para reproducirse...

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Las cordaitas, nueva especie de árboles de extrañas características, situadas al borde de las ciénagas, evolucionaban hacia la consolidación de un tronco de madera consistente y comenzaban a reproducirse por semillas...

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En el siguiente período, llamado pérmico, el clima se hizo más seco y más frío, y las ciénagas se secaron. Las cordaitas, remotos antepasados de las pináceas, abrieron con sus semillas el camino a la tierra firme del globo (la araucaria de Chile, el pino kaurí de Nueva Zelanda, el ciprés calvo del sudeste de los Estados Unidos, las sequoias, tanto la gigante como la siempreverde de California, están relacionadas con las cordaitas)...

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Una semilla es un embrión de árbol que contiene una minúscula raíz, un "tronco" (un suave hilo blanco en el cual se forma la madera después de estar expuesta al aire) y una o dos hojas listas para desarrollarse y tomar el color verde en la germinación...

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Las semillas son el resultado de la fecundación. Como los árboles no pueden trasladarse, tienen que valerse de otros medios para que las células masculinas, o polen, entren en contacto con las células femeninas, las cuales, al quedar fecundadas, se convierten en semillas...

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La familia de las pináceas, a la que pertenecen los abetos y los cedros, soluciona este problema con dos clases de conos. Los conos que producen el polen masculino crecen en racimos más tupidos que los conos que contienen las células femeninas, y más cerca de las puntas de las ramas...

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El polen cae, como polvo amarillo, sobre el cono femenino y después el cono masculino desaparece y el femenino se desarrolla, mientras maduran en él las semillas. Cuando éstas han alcanzado el frado suficiente de madurez, las escamas del cono femenino se abren para dejar paso a las nuevas semillas, que caen y se desperdigan con el viento...

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Estas semillas son duras, aptas para sobrevivir en condiciones adversas; en llanuras cálidas y arenosas, o en lo alto de las montañas, donde los inviernos son crudos...

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Estos árboles de la familia de las pináceas repiten la acción de aquellos que iniciaron el éxodo desde las ciénagas de la era del carbón, cuando la Tierra estaba formada por rocas y arena y expuesta a fuertes vientos...

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Los árboles rompieron la tierra con sus raíces, detuvieron la erosión, y formaron húmedos y sombreados lechos de agujas donde podrían crecer nuevos árboles, preparando así el camino para un suelo fértil...

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Pero como las agujas de naturaleza ácida rechazan las bacterias de la descomposición, las cuales resultan indispensables para la fertilidad del suelo, hubo que esperar millones de años a que apareciera una nueva especie de árbol que tuviera flor...

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Los botánicos llaman Gimnospermas (en griego "semilla desnuda") a los árboles que tienen agujas y conos, y argiospermas ("semillas en jarras") a los árboles con flor, porque sus semillas están escondidas en la base de un pistilo que suele parecerse a una jarrita de base ancha y cuello largo...

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Los primeros árboles con flor recogían los granos de polen en una estructura pegajosa o plumosa situada en el vértice del pistilo. Los últimos ejemplares, como los árboles frutales, el cornejo, el espino y el magnolio, se sirvieron de los insectos para llevar el polen directamente a los pistilos...

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En la actualidad, estas jarritas presentan formas muy caprichosas. Algunas toman la forma de nuez, como en el nogal y el haya; en otras se convierten en bellotas, como en el roble; en vainas, como en el algarrobo; en cápsulas, como en el álamo y el sauce, o bien en frutos, como en el manzano y en los cerezos...

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Dicen los entendidos que, sesenta millones de años antes de que apareciera el hombre, los bosques de angiospermas se hallaban en pleno apogeo. Sus semillas rodaron, giraron, y resbalaron, esparciéndose por toda la faz de la Tierra...

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Algunos científicos creen que los bosques de angiospermas europeos y americanos se originaron en la zona del Himalaya, y que en la época en que el clima empezó a variar se dirigieron al nordeste a lo largo de las orillas del océano Artico...

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Al parecer los glaciares, los árboles, arbustos enredaderas y flores silvestres, que ya se hallaban prparados para luchar contra el invierno mediante la caída de la hoja, viajaron hacia el sur de Europa y el nordeste de los Estados Unidos, siguiendo las huellas de sus frágiles semillas...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Finalmente, los continentes dejaron de ser hostiles para los seres vivientes. Los nuevos bosques formaron vastas zonas en las que se aquietaban los vientos, se recogía la humedad y se aseguraba el alimento. Los bosques de angiospermas hicieron de incubadora donde evolucionaban rápidamente los insectos y los gusanos, anidaban los pájaros, y los animales de sangre caliente trepaban a los árboles, construían madrigueras o acechaban a sus presas...