¿NOS MIMAMOS?
¡Vamos a mimarnos!. Porque pequeñas y frecuentes recompensas son más eficaces que una gran recompensa al cabo de años de sacrificio. Todos sabemos esto en lo referente a la crianza de los hijos. Sin embargo - y resulta trágico-, vemos casos tras otros de adultos que pasamos por alto este principio para nosotros mismos, con las consecuencias negativas previsibles...
¡Vamos a mimarnos!. Porque pequeñas y frecuentes recompensas son más eficaces que una gran recompensa al cabo de años de sacrificio. Todos sabemos esto en lo referente a la crianza de los hijos. Sin embargo - y resulta trágico-, vemos casos tras otros de adultos que pasamos por alto este principio para nosotros mismos, con las consecuencias negativas previsibles...