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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

La mayoría de los hombres están conformes con el sencillo sistema empleado por la Naturaleza para diferenciar a los hombres de las mujeres. Sin embargo se ha de admitir que se pasó realmente de la raya en lo referentea los conductos lagrimales de ambos sexos...

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Un miembro del sexo "llorón" intentando explicar al sexo contrario la razón de sus lágrimas.

Los hombres poseen una linda valvulita con la siguiente inscripción: "Usese en caso de emergencia". En cambio, las mujeres tienen, como parte de su equipo normal, un grifo que no sólo está siempre goteando, sino que se abre y cierra con pasmosa facilidad...

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¿Qué pasa cuando la mujer comienza a llorar a moco tendido? Pues que este bendito sexo sufre de vez en cuando repetidos accesos de un llanto bobo, pero que son tan difíciles de dominar (o de explicar) como un ataque de hipo... y tan desconcertantes como este...

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Mientras tanto, el llamado sexo fuerte se pasa el mismo tiempo intentando explicarse por qué leches estrá ella llorando...."otra vez"...

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Los hombres (¡Bendito sea su recto corazón!) piensan que todas las lágrimas son iguales y que si una mujer llora es porque está triste. Pero la mujer puede llorar, y llora, por cien razones diferentes. Llora porque está enfadada, llora porque está contenta, llora de ternura, llora de fastidio, llora porque se ha dado un golpe en "el hueso de la risa..."

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A veces, las mujeres lloramos a propósito y otras, más frecuentes, lloramos por equivocación. Incluso cuando "no sabemos" por qué estamos llorando, pretendemos que el hombre lo sepa... y, naturalmente, que haga algo por remediarlo...

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Pero.. ¿qué "puede", qué "debe" hacer un hombre cuando la mujer amada estalla de pronto, sin motivo alguno, en un mar de lágrimas?
Es increíble el número de representantes del sexo fuerte que en tales ocasiones recurren al conocido tópico: "No puedo ver llorar a una mujer". Esto lo vemos con bastante frecuencia en el cine, cuando ella deja que sus ojos se llenen lentamente de rodantes lágrimas y el héroe, muy a lo... ¿Kevin Costner, por ejemplo?, se pisa nervioso los pies y dice arrastrando las palabras: "Está bien, muchacha, te llevaré conmigo a través de los barbechos. Pero que sepas que si consiento, es porque no puedo ver llorar a una mujer."...

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Incluso hoy día, y mira que ya han pasado años desde que "retrataron" a mis amigas, gran número de hombres mal aconsejados se guían por dicho sentimiento, y en cuanto a la esposa se le humedecen los "ojillos", corren a hacer lo que la "mujercita" quiere, (Jijijiji) ya sea atravesar a caballo el peligroso "territorio apache" que va desde Alconchel a Villar de Cañas, pasando por Alcantud, que no sé por qué me ha salido este nombre de pueblo, pero me ha salido, así..., ¡de golpe y porrazo!...

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Esto sin embargo, puede ir demasiado lejos, porque a ninguna mujer se nos puede conceder "todo" aquello por lo que llora; ni es bueno para ella, ni es bueno para el marido...

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Los casados con mujeres de llanto fácil, (como yo, por ejemplo) deben poner en práctica un método distinto. Por ejemplo, mi marido comprendió, a poco de casarnos, que había elegido por compañera de fatigas a una "Jeremías" de primera clase, y los dos sabemos bien que una reacción a lo Kevin Kostner, o a lo Gary Cooper es contraproducente...

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En primer lugar, he de decir que, mis ojos jamás "se me llenan lentamente de rodantes lágrimas". En realidad, apenas comienzo a gimotear, el llanto me hace un surco en el maquillaje y me baña hasta los pies. Por lo tanto, mi marido nunca me pregunta qué me pasa, ya que a veces, ni siquiera yo lo sé. Si estamos en casa, se limita a levantar los ojos del periódico, o de la tele y con tono indiferente pregunta: " ¿Qué ruido es ese?"...

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Yo hago un lacrimoso ademán, no menos vago, y él, volviendo a su lectura o tele, me dice, con voz no exenta de bondad: -Ya me lo contarás luego...

Yo sí que os voy a contar ahora, que escribiendo este último mensaje, he recordado una canción que cantábamos mis amigas y yo cuando éramos pequeñas y decía así...

¡UUUUUUUUUUUUuuuuuuuuuu!
¿Quién es ese ruido
que anda por aquí,
ni de noche ni de día
nos deja dormir.

Somos los estudiantes
que venimos a robar
a Doña, Doña Ana
que han dicho que aquí está.

Doña Ana no está aquí
que está en el jardín
regando las flores de mayo y abril...

Quitaremos este postiguito y será mejor.

Bien, mañana continuaré con las lágrimas, y no de cocodrilo, precisamente.

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Decíamos ayer que, yo hago un lacrimoso ademan, no menos vago, y él, mi marido, volviendo a su lectura o a la tele, de dice, con voz no falta de bondad: -Ya me lo contarás luego.
Este sistema de dejar las explicaciones para más tarde es extraordinariamente útil, tanto para el marido como para la mujer. Da tiempo a los dos para detrminar qué clase de lágrimas son las derramadas...

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Sólo hasta que se haya averiguado deberá un marido decidir qué es lo que ella espera que él haga... en caso de que espere algo. Del llanto puramente sentimental, por ejemplo, no debería hacerse mucho caso. Sin embargo, las lágrimas hijas de la irritación es preciso enjugarlas, las que brotan de un sentimiento de ternura requieren comprensión...

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Resulta bastante sencillo distinguir unas con otras, siempre que no perdamos la cabeza...

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El llanto sentimental de una esposa acostumbra a ser embarazoso, toda vez que suele aparecer en momentos poco oportunos o en sitios no apropiados. Siempre que veo que una mujer se pone las gafas oscuras al "presenciar" una función escolar en la que participan sus hijos, la comprendo en seguida; yo misma llevo la mías en el bolso, por si acaso... En Alconchel, sobre todo, yo me encuentro "por si acasos" donde menos me lo espero, pero donde es seguro que siempre las necesito es durante misa del día 9 de mayo, cuando sale la Virgen de la Iglesia, y cuando toca La Banda... ¡Eso son lagrimones, y lo demás son tonterias!...

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Mi marido conoce ahora casi todas mis lacrimosas flaquezas. Una vez, mientras los dos veíamos desfilar un grupo de niños de guardería cogidos a una soga, me tendió el moquero Kleenes con toda naturalidad, mientras le decía a un señor que se encontraba a mi lado: -Es que está resfriada, ¿sabe?

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Tú, lector, quizá tengas una mujer inmune a los desfiles y a la música de la Banda, pero en cambio ¿acaso no ha llorado en determinadas películas, solloza con alguna canción o pieza de música, o se ha inundado de emoción ante un niño pequeño?...

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Algunas mujeres tratamos de de ocultar estas irrazonables lágrimas que provocan nuestros sentimientos; otras, al derramarlas, tratan de combatirlas pero "todas" las propensas al llanto anhelan que las dejen tranquilas cuando éste hace su aparición en público...

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Las lágrimas originadas por alguna irritación son, en cambio, completamente distintas. Cuando una mujer llora porque está enfadada, estar seguros de que "no desea" que la dejen sola. Lo que quiere es que la calmen. ¡Pero mucho cuidado, maridos! no os dejéis engatusar: éstas no son lágrimas de verdadero enojo...

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La cólera es una emoción demasiado fuerte para expresarse con el llanto, pues seca los conductos respiratorios a la vez que el cerebro. Es mucho más probable que una mujer llore por un pequeño disgusto que por una ofensa grave, y esto es algo que todo hombre debe conocer...

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Atentos maridos alconcheleros, si vuestra mujer, por ejemplo, os recibe un día que llega tarde diciéndole: -Al menos, podrías haberme mostrado un poco de "consideración" llamando por teléfono... ahora las cena está completamente fría... y... ves...

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No tenéis que interpretar esta voz ahogada por los sollozos como expresión de una profunda cólera. Significa simplemente que tu mujer está un poco contrariada. Eso sí, "puede" enfadarse de verdad si tú haces caso omiso a sus sollozos...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Así, pues, con sosiego y tranquilidad, pedidle disculpas... y poco después tu mujer estará perfectamente. Las lágrimas causadas por el enfado constituyen un admirable tranquilizante para la mujer de llanto fácil...