Vive en la
casa de enfrente
de la casa donde vivo
una Socorro hechicera
que me tiene más cautivo
que un ratón en ratonera.
Por verla las
calles corro
cuando sale a pie o en
coche;
vuelvo a casa, me amodorro,
y despierto a media
noche
pidiendo siempre: - ¡SOCORROOOOOOOOO!