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No, si yo las cosas las acepto, y si no quieren escribir, por lo que sea, pues no nos vamos a poner a implorar, pero es que esta mañana, al ver la cantidad de personas que pasan por el foro, he pensado en que ya casi nadie escribe cartas, por ejemplo, o diarios...
A mi hermana, la pequeña, yo recuerdo que cuando era pequeña le llevé desde Barcelona, en uno de mis viajes, un diario, y la verdad es que lo cogió con muchas ganas, y escribió creo que más de uno. Este verano pasado lo encontramos en "Un baúl de los recuerdos" y... ¡Vaya hartón de reír que no pegamos las tres hermanas...! Pero fue muy interesante encontrarlo y leerlo, después de tanto tiempo...
A mi hermana, la pequeña, yo recuerdo que cuando era pequeña le llevé desde Barcelona, en uno de mis viajes, un diario, y la verdad es que lo cogió con muchas ganas, y escribió creo que más de uno. Este verano pasado lo encontramos en "Un baúl de los recuerdos" y... ¡Vaya hartón de reír que no pegamos las tres hermanas...! Pero fue muy interesante encontrarlo y leerlo, después de tanto tiempo...
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Yo nunca escribí un diario, pero como tú ya sabes, en la época en que nosotros íbamos a la escuela, no sabíamos de su existencia, y como yo no tenía hermanas mayores para que me comprasen uno en la Capital, pues... a jorobarse. ¡Ah!, y gracias que teníamos las tiendas de "Nebote", José (+) y "Panchute", Franciscico (+), donde podíamos ir a comprar "libretas" cuando las necesitábamos...
Yo nunca escribí un diario, pero como tú ya sabes, en la época en que nosotros íbamos a la escuela, no sabíamos de su existencia, y como yo no tenía hermanas mayores para que me comprasen uno en la Capital, pues... a jorobarse. ¡Ah!, y gracias que teníamos las tiendas de "Nebote", José (+) y "Panchute", Franciscico (+), donde podíamos ir a comprar "libretas" cuando las necesitábamos...
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Lo que sí que recuerdo es haber escrito más de una carta para los familiares de algunas personas de las muchas que había en el pueblo que no sabían escribir. Una de ellas, era Piedad, la del Callejón. Le escribía cartas para su sobrina Elisa. Ella calculaba cuando habíamos salido de la escuela y me iba a buscar a mi casa, luego nos íbamos a la suya y sentadas una al lado de otra, ella me dictaba y yo escribía. Después cuando había terminado de escribir, llamaba a Mari, la de José, por aquel majano que había entre el callejón y su patio, y si estaba, entraba para estarme con ella...
Lo que sí que recuerdo es haber escrito más de una carta para los familiares de algunas personas de las muchas que había en el pueblo que no sabían escribir. Una de ellas, era Piedad, la del Callejón. Le escribía cartas para su sobrina Elisa. Ella calculaba cuando habíamos salido de la escuela y me iba a buscar a mi casa, luego nos íbamos a la suya y sentadas una al lado de otra, ella me dictaba y yo escribía. Después cuando había terminado de escribir, llamaba a Mari, la de José, por aquel majano que había entre el callejón y su patio, y si estaba, entraba para estarme con ella...
