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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

¡ÓSTIMAS! ¿A ver si los de mis quintas andamos así, así, por no haber tenido una EDUCACIÓN FINANCIERA? ¡Lo que nos falataba ya!

LA GACETA INT.

"Pensando en el futuro La educación financiera de los hijos.
F. P.
La falta de una educación financiera perjudica las posibilidades futuras de los hijos...

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En el programa de 'Finanzas para Todos' de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y del Banco de España se recogen una serie de recomendaciones para una buena educación financiera de los hijos, un pilar básico en su formación que marcará sus hábitos futuros y cuya falta puede perjudicarle en sus posibilidades...

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La paternidad es la responsabilidad más grande que existe. La educación que proporcionamos a nuestros hijos determina qué tipo de personas serán de mayores. Por desgracia, muchos padres olvidan (o no saben) enseñar a sus hijos la importancia de gestionar, ahorrar e invertir su dinero. La falta de una sólida educación financiera perjudica el desarrollo y las posibilidades futuras de cualquier persona, ya que las decisiones financieras que toma condicionarán su vida...

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.- Dar buen ejemplo.

Los hijos suelen seguir el ejemplo de sus padres más que sus consejos. Si el padre es gastador y vive al día, es difícil que el hijo sea distinto.

No hay que comprar de forma compulsiva, sino estableciendo prioridades para distinguir entre lo necesario y lo deseado, comparando precios y ahorrando en vez de tirar de la tarjeta.

Es importante que los niños vean que a veces hay que esperar para poder adquirir lo que se quiere.

Involucrar a los hijos, sobre todo a los adolescentes, en la planificación del presupuesto familiar, para que entiendan los objetivos financieros de la familia (comprar un coche nuevo, ir de vacaciones, pagar los estudios…) es otra buena medida.

Explicar cualquier estrategia de inversión y ahorro...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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2.- Hablar de dinero

Muchos niños a la pregunta “ ¿de dónde viene el dinero?”, responden “de los cajeros automáticos”. Nos acompañan a sacar el dinero y ven que si se pulsan unos botones salen billetes que sirven para comprar cosas. Cuando piden que se les compre algún capricho y decimos que no, porque no hay dinero, su pensamiento lógico es “pues vuelve al cajero a buscar más”. Ante una negativa, pensarán que somos unos malvados y cogerán una rabieta.

Los niños no pueden aprender el valor ... (ver texto completo)