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En la esfera de la terapia por medicamentos, si bien muchos remedios caseros han resultado inútiles, algunos han constituído importantes aportaciones terapéuticas...
En la esfera de la terapia por medicamentos, si bien muchos remedios caseros han resultado inútiles, algunos han constituído importantes aportaciones terapéuticas...
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La efedrina, por ejemplo, fue extraída de una hierba china usada en el tratamiento de enfermedades respiratorias desde hace cinco mil años. La digitalina fue originalmente objeto de investigación por haberse empleado en una infusión casera popular en Inglaterra en el siglo XVIII...
La efedrina, por ejemplo, fue extraída de una hierba china usada en el tratamiento de enfermedades respiratorias desde hace cinco mil años. La digitalina fue originalmente objeto de investigación por haberse empleado en una infusión casera popular en Inglaterra en el siglo XVIII...
Resulta, pues, claro que debemos considerar serenamente los remedios caseros y la sabiduría de las tradicciones. El progreso se ha definido como el proceso de deshechar los conceptos erróneos mantenidos en otro tiempo por la mayoría...
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Pero también se le puede considerar como el establecer, como hechos reales, ideas aparentemente "increíbles". En estas dos maneras de enfocar el progreso y la verdad, el estudio de los "cuentos de viejas" ofrece un estimulante campo de exploración...
Pero también se le puede considerar como el establecer, como hechos reales, ideas aparentemente "increíbles". En estas dos maneras de enfocar el progreso y la verdad, el estudio de los "cuentos de viejas" ofrece un estimulante campo de exploración...
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Uno de los "remedios caseros" muy arraigado en Alconchel hasta por lo menos los años 70 era el "agua de azúcar tostada", sola para los chicos, y con un chorro de vino, coñac o aguardiente para los mayores. Se empleaba para "quitar" la tos y los resfriados, y era costumbre tomarla cuando te ibas a dormir...
Uno de los "remedios caseros" muy arraigado en Alconchel hasta por lo menos los años 70 era el "agua de azúcar tostada", sola para los chicos, y con un chorro de vino, coñac o aguardiente para los mayores. Se empleaba para "quitar" la tos y los resfriados, y era costumbre tomarla cuando te ibas a dormir...
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Yo no sé si, aquello curaba por lo bueno que estaba al paladar, porque lo tomabas acompañado de la fe puesta por toda la familia, de que el "mejunje" curaba, o porque veías el cariño que ponía tu madre cuando sacaba el cazo de donde lo tenía colgado junto a las sartenes, vertía en él el azúcar necesarío para tostar, ponía el cazo encima de la lumbre y veías que poco a poco iba dándo vueltas para que no se tostase demasiado...
Yo no sé si, aquello curaba por lo bueno que estaba al paladar, porque lo tomabas acompañado de la fe puesta por toda la familia, de que el "mejunje" curaba, o porque veías el cariño que ponía tu madre cuando sacaba el cazo de donde lo tenía colgado junto a las sartenes, vertía en él el azúcar necesarío para tostar, ponía el cazo encima de la lumbre y veías que poco a poco iba dándo vueltas para que no se tostase demasiado...
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Yo creo que observando todo esto sin perder detalle, y llegado el momento de añadir al azúcar tostado el agua correspondiente para que el caramelo quedase líquido y pudieras bebértelo, el resfriado ya estaba "pies para que os quiero" y salir corriendo con la música a otra parte...
Yo creo que observando todo esto sin perder detalle, y llegado el momento de añadir al azúcar tostado el agua correspondiente para que el caramelo quedase líquido y pudieras bebértelo, el resfriado ya estaba "pies para que os quiero" y salir corriendo con la música a otra parte...
¡Madre mía lo rico qué estaba el azúcar de esta manera! Yo creo que LOS POETAS descubrieron hace ya tiempo que hay besos que saben como la miel, como las fresas, como el azúcar, como los tiernos besos de las madres, etc, pero creo, o por lo menos nunca lo he leído, que se olvidaron de los besos que saben tan ricos como "el agua de azúcar tostado", aunque conociendo al POETADEBELMONTE, estoy segura que enseguida nos hará una POESÍA dedicada a este "remedio casero" que está... como para levantarse ahora mismo de la silla, y sin estar resfriada ni ná, prepararme un buen tazón hasta quedarme "pímfana", una expresión alconchelera que es como decir: "quedarme hasta el gollete" o "ponerme como el Kiko"...
Estos chiquetes que se ven en la foto, podemos decir que son de otra época más moderna; ahora ellos no necesitan que sus madres les preparen "agua de azúcar tostado" para curar el resfriado, que en días de frío como los que estarán pasando, seguro que "pescarán" en cualquier esquina, aunque pienso que será en la de "costumbre"...
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Para quitárselo de encima, la madre no tendrá que tostar azúcar, ni buscar un "cacho teja", sólo tendrá que avisar al médico, o si el chico puede, bajará al Centro Médico y con unas cuantas pastillas o jarabes... ¡Fuera resfriado!...
Para quitárselo de encima, la madre no tendrá que tostar azúcar, ni buscar un "cacho teja", sólo tendrá que avisar al médico, o si el chico puede, bajará al Centro Médico y con unas cuantas pastillas o jarabes... ¡Fuera resfriado!...
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Saco aquí a relucir el "cacho teja" porque este está también relacionado con las enfermedades "ivernales" que se suelen dar, como ya digo, en el "ivierno".
La cosa era así: si el "refriao" estaba muy agarrao al pecho y el azúcar no solucionaba el problema, quedándose sólamente en dar placer al paladar del chusmillo o la chusmilla de turno, se echaba mano a la "solución" siguiente, que consistía en buscar un trozo o "cacho" de teja árabe, y meterla durante un tiempo entre las brasas de la lumbre de la chimenea, hasta que, en el momento de ir el "paciente" a dormir, sacarla de entre el rescoldo, envolverla en un trapo viejo, y previamente comprobado de que no te iba a abrasar, ponerla encima del pecho para que te diese calorcillo...
Saco aquí a relucir el "cacho teja" porque este está también relacionado con las enfermedades "ivernales" que se suelen dar, como ya digo, en el "ivierno".
La cosa era así: si el "refriao" estaba muy agarrao al pecho y el azúcar no solucionaba el problema, quedándose sólamente en dar placer al paladar del chusmillo o la chusmilla de turno, se echaba mano a la "solución" siguiente, que consistía en buscar un trozo o "cacho" de teja árabe, y meterla durante un tiempo entre las brasas de la lumbre de la chimenea, hasta que, en el momento de ir el "paciente" a dormir, sacarla de entre el rescoldo, envolverla en un trapo viejo, y previamente comprobado de que no te iba a abrasar, ponerla encima del pecho para que te diese calorcillo...