Se ha oído decir por ahí que los padres, (o los abuelos) tienen que ayudar a sus hijos o nietos a incorporarse a la sociedad, pero eso sí, permitiéndoles que lo hagan a su manera. Lo más importante, según dicen, estriba en que recordemos que "la necesidad psicológica fundamental de todo ser humano, joven o viejo, es sentirse valioso"...
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Otras de las cosas que debemos tener en cuenta, tanto los padres como los abuelos y educadores (yo los meto también a ellos) es que debemos dar apoyo físico y emocional a nuestros chicos. Si algo han dejado claro los estudios realizados durante años sobre este aspecto es que, los chicos necesitan la aceptación de sus iguales...
Otras de las cosas que debemos tener en cuenta, tanto los padres como los abuelos y educadores (yo los meto también a ellos) es que debemos dar apoyo físico y emocional a nuestros chicos. Si algo han dejado claro los estudios realizados durante años sobre este aspecto es que, los chicos necesitan la aceptación de sus iguales...
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Tomemos muy en serio las quejas de nuestros hijos sobre las burlas que otros hagan de ellos, o sobre que no les dejen participar en los juegos. Si el chico o la chica siente que "se le da un ancla", reforzará la confianza en sí mismo, que en ese momento necesita...
Tomemos muy en serio las quejas de nuestros hijos sobre las burlas que otros hagan de ellos, o sobre que no les dejen participar en los juegos. Si el chico o la chica siente que "se le da un ancla", reforzará la confianza en sí mismo, que en ese momento necesita...
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Entonces, en los años 50-60, cuando los chicos y las chicas teníamos 10 o 12 años, nos callábamos y no decíamos nada cuando veíamos a alguna chica o chico burlarse de otra o de otro, (¡qué de haberlos, los había, ¿eh?!) Algunas veces acudía en su defensa o "sacaba la cara por él/élla" algún hermano o hermana mayor. No sé si era por "miedo" a convertirnos también en objeto de las burlas y hacer compañía a la burlada/o, por no querer meternos "en líos", o porque en los pueblos, en aquellos años, era ya como una costumbre hacer estas cosas y que cada uno se defendiera sólo; como buenamente sabía, o a pedrada limpia, pero sí recuerdo (ahora ya, a estas alturas, sin "rencorcillo") que una chica, de "ojos bonitos", como la llamaban sus Tías, no me dejó quedarme en el patio de su abuela, -como hizo con otras chicas de mi grupo- para ver cómo "la niña" tocaba el Laúd...
Entonces, en los años 50-60, cuando los chicos y las chicas teníamos 10 o 12 años, nos callábamos y no decíamos nada cuando veíamos a alguna chica o chico burlarse de otra o de otro, (¡qué de haberlos, los había, ¿eh?!) Algunas veces acudía en su defensa o "sacaba la cara por él/élla" algún hermano o hermana mayor. No sé si era por "miedo" a convertirnos también en objeto de las burlas y hacer compañía a la burlada/o, por no querer meternos "en líos", o porque en los pueblos, en aquellos años, era ya como una costumbre hacer estas cosas y que cada uno se defendiera sólo; como buenamente sabía, o a pedrada limpia, pero sí recuerdo (ahora ya, a estas alturas, sin "rencorcillo") que una chica, de "ojos bonitos", como la llamaban sus Tías, no me dejó quedarme en el patio de su abuela, -como hizo con otras chicas de mi grupo- para ver cómo "la niña" tocaba el Laúd...
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Bueno, pues yo que era muy tímida, agaché la cabeza y sin decir esta boca es mía, despues de haberme dicho "la Marisol": " ¡A pico de mi casa!", que era como decir, lárgate de mi casa, que no te quiero ni ver aquí, (¿por qué sería, me pregunto aún?), me fui a la mía, que quedaba muy cerquita de la de su abuela, que ahora es de una prima hermana mía que no me dice eso del "Pico", y voy y vengo cuando quiero...
Bueno, pues yo que era muy tímida, agaché la cabeza y sin decir esta boca es mía, despues de haberme dicho "la Marisol": " ¡A pico de mi casa!", que era como decir, lárgate de mi casa, que no te quiero ni ver aquí, (¿por qué sería, me pregunto aún?), me fui a la mía, que quedaba muy cerquita de la de su abuela, que ahora es de una prima hermana mía que no me dice eso del "Pico", y voy y vengo cuando quiero...