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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

Buenas tardes Cuenka.
Dado que a Eufra7 y a mí nos nombraste en su día "investigadores" oficiales del foro, he decidido dedicar unos minutos de mi tiempo a investigar qué relación tenía o tiene el Cuento de La Bella Durmiente con la investigación...

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Tras mucha investigación, y unas cuantas botellas de CRISTASOL utilizadas en mantener superlimpísimo el cristal de mi lupa, obtuve la respuesta correcta.

Verás: Descubro, y me entero de la historia del sumergible apodado Bella Durmiente, tras muchas "avriguaciones" y su mote, como comprenderás, me parece más siniestros que simplemente caprichoso...

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He podido llegar a saber en esta delicada misión que, el año 1944 unos submarinistas británicos utilizaron sumergibles como este del que tratamos, en una misión en Singapur, pero fueron descubiertos y eliminados. Otras dos misiones se han mantenido en secreto hasta la fecha...

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Bella Durmiente se encuentra en el llamado Museo del Espionaje, y para que te empapes bien sobre su historia, voy a comenzar por el principio...

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Keith Melton recibió la llamada un martes después del mediodía. El jueves por la tarde ya estaba en Munich, atento, buscando a su contacto. Le habían dicho que llevaría un periódico en la mano izquierda y una pipa en la derecha. Melton vio a un hombre grueso de edad madura, con la ropa arrugada, y que coincidía con la descripción...

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Le invitaron a subir a un coche y, tras viajar dos hoars por los campos bávaros, llegaron a un aparcamiento vacío donde esperaba otro vehículo. Los conductores intercambiaron señales de luces y el otro coche se acercó...

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En el maletero llavaba una máquina, del tamaño de un maletín, en perfecto estado. A Melton se le aceleró el pulso... hacía años que estaba detrás de él, que su aliento había dado calorcillo a los viejos de su nuca, como aquel que dice, si de una persona se tratase, y que por fin, lo tenía en sus manos: un artefacto de tal importancia, que cambió el curso de la historia...

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Ocurría que Melton no era un espía, y la máquina Enigma llevaba medio siglo en desuso. H. Keith Melton era el mayor coleccionista mundial de equipos de espionaje. Lo que había adquirido aquella tarde, parecido a un amáquina de escribir, era uno de los codificadores electromecánicos más raros de la historia...

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Durante la Segunda Guerra Mundial, un equipo británico dirigido por Alan Turing descifró el complicado código de la máquina Enigma, lo que reveló a los Aliados miles de secretos militares alemanes y resultó decisivo para que ganaran la guerra. Sin ir más lejos, gracias a ello los Aliados descubrieron la situación de los submarinos enemigos, lo que les dio la victoria en la Batalla del Atlántico...

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Que Melton posea no una, sino dos de las pocas máquinas Enigma que hay en manos privadas no sorprende si se considera que es dueño del más nutrido acervo de objetos de espionaje, mayor incluso que el de cualquier institución oficial....

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Aunque el Museo de la CIA en Langley (Virginia), exhibe una creciente colección de estos artículos, en 1997 pidió pretados a Melton más de 500 para el 50 aniversario de su agencia...

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Cuando Melton inició su colección, hace ya casi de 50 años, no había ningún espacio destinado a guardar ni estudiar equipos de espionaje.
En su museo, situado en el sur de Florida, según me dijo Española Antigua, exhibe 2.000 piezas de su colección de 7.000...

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El Museo del Espionaje ha llegado a ser una meca para agentes de inteligencia de todo el mundo. Como no estaba abierto al público Melton prefería no revelar su situación exacta. Ante sus puertas, que no llaman la arención, se esconde una cámara de vigilancia en una pajarera...

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Pasar del sol radiante y las palmeras de Florida al interior del museo -me dijo Española Antigua-, es como visitar otro mundo. Las bibliotecas, recubiertas de maderas oscuras, alfombras orientales y estantes desde el suelo al techo, recuerdan más un club para caballeros de tiempos de Eduardo VII de Inglaterra que un depósito de avanzados dispositivos militares...

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Cuando Melton encendía las luces, se iluminaban 56 vitrinas con artefactos que en otro tiempo fueron secretos celosamente guardados. Entre ellos podemos ver un objeto parecido a un kayak. Es un submarino para un solo tripulante, construído en la Segunda Guerra Mundial por la Dirección de Operaciones Especiales británica para llevar buzos saboteadores a puertos enemigos...

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El tripulante de este submarino podía dejar el submarino, de mecanismo eleéctrico, en el fondo del mar y luego nadar hasta la orilla. De los 100 que se fabricaron sólo quedan tres...

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Como ya dije en un mmensaje anterior, cuando me entero de la historia del sumergible, su apodo de Bella Durmiente me parece más siniestro, que caprichoso...

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Melton, de hablar pausado, que estudió ingeniería en la Academia Naval estadounidense, le compró su Bella Durmiente a un hombre del estado de Nueva York. Tras negociar el precio, la subió a su remolque y se marchó. Luchó en Vietnam, y además de ser un próspero empresario en el ramo de la alimentación, daba clases en el Centro de Contarinteligencia y Estudios de Seguridad en Alexandría (Virginia), y escribió por lo menos cuatro libros de espionaje...

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Al no existir un mercado formal de objetos relacionados con el tema, Melton tuvo que crear su red de contactos. Su colección proviene de estudiosos, personal de inteligencia retirado e individuos de dudosa reputación. Su museo fue declarado apolítico...

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La segunda máquina Enigma apareció para Melton en un garage en Nueva Jersy, y de la Unión Soviética sacó de contrabando un pequeño objeto que se escondió en la mejilla. Se negó a relatar el origen de algunas piezas, ya que revelar los detalles podría comprometer las fuentes que con tanto esfuerzo consiguió...

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Aunque el museo abrió las puertas a su selecto público en 1998, crearlo llevó treinta años. "El mprimer paso", recordaba Melton, "no fue reunir la colección, sino aprender sobre el mundo del espionaje"...

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Tomemos por ejemplo a Jemes Bond, es quien piensa la mayoría de la gente cuando habla de espías, -decía Melton- En el mundo del espionaje real, James Bond no sobreviviría ni cinco minutos. Para empezar, sería de lo más inepto. Sus fines son la seducción y el asesinat, no reclutar agentes dobles ni reunir información...

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"La inteligencia se acaba cuando se coge un arma", añadía, citando a un ex funcionario de la KGB. "Los espías no se matan entre sí". El espionaje es más disfraz que violencia...

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De ahí se deduce que el museo tenga pocas armas expuestas, y en cambio, cientos de dispositivos usados para ocultar y entregar informes secretos. Si el espionaje consiste en la transferencia de información, entonces la comunicación entre el espía y su contacto es el momento más peligroso para el primero...

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Los paquetes de información oculta quizá parezcan un anacronismo de la Guerra Fría, pero hoy día se siguen usando. Robert Hanssen, agente de contrainteligencia del FBI detenido hace años por espiar durante 15 años para Moscú iba al parque Foxstone, cerca de su casa en Vienna (Virginia), para entregarlos. Depositaba documentos y discos informáticos envueltos en bolsas de basura bajo un puente peatonal, y sus contactos rusos le pagaban con enviltorios parecidos llenos de dinero...

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Los medios empleados para ocultar documentos clasificados en una casa o al cruzar una frontera demuestran una gran inventiva. La colección de Melton incluye un ojo de cristal de la Primera Guerra Mundial, con las venas meticulosamente pintadas. Detrás de la parte cóncava del cristal uno supone que apenas cabría una minúscula lista de nombres...

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Melton enseñaba, orgullosos, un candelabro usado por la KGB. Negro mate, de 30 centímetros de alto, parece de lo más normal, y de eso se trata. "Tal vez sea el dispositivo de ocultación más ingenioso que he visto". -Comentaba. Una ojeada rápida no revela abertura alguna en la base. Se necesitaba una pila para abrirlo....

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El espía aplicaba la corriente en dos puntos, insertando una aguja con carga positiva a dos centímetros de profundidad por cierto punto del fieltro de la base. La corriente activaba un motor interno que a su vez abría la tapa inferior y dejaba al descubierto un espacio en el que cabía una cámara pequeña y algunos rollos de película...

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Aunque los dispositivos de ocultación siguen siendo típicos del oficio, fue otra invención, hecha en la Segunda Guerra Mundial, lo que cambió el mundo del espionaje. La radio portátil permitió a los espías enviar al instante información a los centros de operaciones...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Melton conserva en su museo una enorme colección de radios, y aunque parece que algunas apenas cabrían en el compartimento de equipaje de mano de un avión, eran pequeños para las normas de su tiempo...