¿tienes una peluquería?

ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

EL CREADOR del automóbil Roll-Royce veía en la labor más humilde, cuando es perfecta, el esplendor mismo de la vida...

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Cincelada en la campana de piedra de la chimenea de una elegante mansión inglesa, hay una inscripción latina que, traducida, dice así: "Lo bien hecho, aunque humilde, será siempre noble"...

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El hombre que ordenó grabar aquella sentencia murió ya hace unos años y, sin embargo, por haber vivido sin olvidarla nunca, supo crear un monumento que aún perdura entre nosotros: un automóbil...

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Dicen que, cuando se ve deslizarse por la calle, brillante y silencioso, firme como un centinela de palcio en una revista, no hace falta distinguir en la parrilla del radiador las dos erres negras y enlazadas para saber de qué coche se trata...

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En ninguna parte del mundo dejaría de llamar la atención el Rolls-Royce. Pero la mayoría de la gente ignora quién fue su creador: Frederick Henry Royce, amante de la perfección...

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Vale la pena conocer su historia, porque el automóvil que inventó se ha convertido poco menos que en una leyenda, y al crearlo no hizo más que producir algo a su imágen y semejanza: serena, dócil, y fuerte como el acero...

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El coche nació en 1904, a consecuencia de una crisis económica que sufrió Royce por su afán de perfección. Tenía entonces 41 años, una apuesta figura de 1,88 metros, ojos de mirar penetrante y barba a lo Bernard Shaw...

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Se crió sin padre, y desde muy pequeño mostró una agudeza innata para apreciar la integridad de los artefactos mecánicos, y una obsesión casi fanática de que se proyectaran y construyeran debidamente.. Usaba las herramientas como el artista el pincel; para él, una pieza de metal bien hecha y proporcionada encerraba una belleza sobresaliente. "Si está bien construída,-decía- tendrá buena apariencia"...

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Comenzó como aprendiz en los talleres del ferrocarril Great Northern, y poco a poco fue dominando una serie de oficios de fabricación de herramientas y manejo de aparatos eléctricos hasta que llegó a tener participación en el capital de una empresa fabricante de grúas eléctricas. DEspués sobrevino la crisis...

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Las grúas Royce -los aparatos que, por razón natural, mejor sabía fabricar la firma- no eran baratas, y de repente inundaron el mercado otras grúas de bajo precio, norteamericanas y alemanas. Royce no quiso producir máquinas de calidad inferior, pero lo salvó de la quiebra una idea que había estado acriciando durante mucho tiempo...

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Para un buen mecánico una máquina ruidosa es señal de deficiencias en su concepción, y los exigentes oídos de Royce reaccionaban ante el chirrido y el golpeteo de los automóviles de su época como si estuvieran oyendo el rechinar de la tiza en la pizarra. Los coches necesitaban el toque de una mano maestra...

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El año 1903 Royce dedicó una parte de la fábrica de grúas y un grupo de mecánicos a la construcción manual de un automóvil de su propia invención. Aspiraba a eliminar cualquier posible fallo en cualquier parte de su máquina antes de fabricarla...

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"Si la hacemos bien desde el primer momento -solía decir- pasarán años sin que tengamos necesidad de volver a revisarla". Incluso una simple llave de purga, que se abre y se cierra con los dedos pulgar e índice, se diseñó laboriosamente una y otra vez para que fuera una cosa bella y fuerte, de proporciones perfectas, fácil de abrir y cerrar, y tan bien calculada para las presiones que iba a soportar que podría durar indefinidamente...

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Royce era tan exigente con su trabajo que un día un obrero cometió en cierta ocasión el error de entregarle una pieza recién terminada y anunciarle que ya estaba "bastante bien". El trabajador fue despedido en el acto...

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Con tal radical método de eliminación, Royce acabó rodeándose de personas tan apasionadas como él por la perfección, y en 1904, tras un año de trabajo agotador, presentó tres prototipos del automóvil Royce...

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Tenía el chasis como el del coche de caballos llamado "buggy", y un motor de dos cilindros y diez caballos..., Poco más que un juguete si lo consideramos con arreglo a las exigencias de hoy. De él dijeron los expertos: "Cuando está funcionando el motor, ni se le oye ni se le siente"...

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El automóvil produjo una reacción aún más viva en un joven llamado Charles Rolls, que entonces tenía veintiisete años y que era ya una de las figuras más conocidas en el incipiente mundo automovilístico..

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Duenño de una gran fortuna, Rolls, lo mismo que Royce, era ingeniero por vocación. En Cambridge había comprado una serie de automóviles -que desmontaba y montaba sin cesar, cuando el automovilismo era algo tan nuevo que el Parlamento había promulgado una ley por la cual se fijaba en seis kilómetros y medio por hora el máximo de velocidad permitida...

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En aquella época tenía una agencia de automóviles en Mayfair, un elegante barrio londinense, y dividía su tiempo entre las ventas, las carreras con magníficos coches franceses, alemanes e italianos, y las ascensiones en globo (Fue uno de los fundadores del Royal Aero Club y poseedor del carnet número 2 de piloto, así como el primer "aviador" que cruzó en ambos sentidos el canal de la Mancha)...

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Rolls, que insistía en vender únicamente automóviles aprobados personalmente por él, no había hallado ni un solo coche inglés que le complaciera hasta que condujo el automóvil de Royce. Inmediatamente hizo una propuesta: "Fabrique usted los coches y yo los venderé; les llamaremos Rolls-Royce"...

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Tres años después Rolls organizó una demostración, que dió repentina fama al automóvil. En el verano de 1907, relevándose con otros tres conductores, estuvo conduciendo desde fines de junio hasta agosto, entre Londres y Glasgow, y viceversa, el nuevo modelo que la compañía bautizó con el nombre de "Silver Ghost"...

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Fue una prueba en la que recorrieron 23.130 kilómetros en 48 días, sin parar más que los domingos, y gran parte de esos kilómetros por carreteras que hoy se usarían sólo en las más rudas pruebas automovilísticas. DEspués se entregó el coche a los mecánicos del Royal Automubile Club, que lo debían desarmar hasta el último perno y reemplazar cualquier pieza que no estuviera como recién salida de la fábrica...

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La factura del taller ascendió a dos libras, dos chelines, y siete peniques por materiales y mano de obra. (las partdas más importantes se cargaban por esmerilar las válvulas y cambiar la empaquetadura de la bomba de agua) La consecuencia de tan increíble resultado fue que el "Silver Ghost" ganó un prestigio legendario...

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En los dieciocho años siguientes la compañía no fabricó más quwe aquel modelo (lo que superó el tiempo de fabricación del famoso Modelo T de la casa Ford)...

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La leyenda, sin embargo, por poco muere al nacer. En 1910, Rolls, que participaba en una competición de aterrizaje durante un concunso aéreo que se celebró en Bournemouth, se mató al desintegrarse en el aire la cola de su avión. Fue el primer ingés que murió en accidente de aviación...

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Dos años después Royce tuvo que someterse a una colectomía -una grave operación quirúrgica-, y quedó inválido para el resto de su vida, impedido incluso para volver a la fábrica...

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En lo sucesivo, el lugar donde Royce establecía su residencia se convertía - como dijo uno de sus ingenieros- en "el cerebro del Rolls-Royce. Allí iba, desde los talleres de Deby -y desde allí regresaba-, una interminable caravana de planos, piezas y automóviles de prueba...

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Ni el más mínimo cambio se podía introducir en el coche sin que lo aprobara Royce, y su aprobación era muy difícil de conseguir. "Cuando crea que un perfeccionamiento está ya conseguido para ofrecérselo a nuestros clientes, se lo ofreceremos", afirmaba...

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Eso suponía muchas veces que los nuevos perfeccionamientos se incorporaban a los automóviles años después de haberlos adoptado los competidores. A principio del decenio de 1920, cuando los demás fabricantes vendían sus coches con frenos en las cuatro ruedas, Rolls- Royce vendía los suyos con la promesa de instalarlos gratis tan pronto como encontrara la fábrica un sistema que le ofreciera garantías...

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Los frenos que finalmente construyó en 1926 -considerados universalmente como los mejores del mundo- se estuvieron usando en los automóviles Rolls-Royce hasta que el "Silver Cloud III" fue sustituido por el "Silver Shadow" en octubre de 1965...

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"No hay que dejarse engañar por el señuelo de la velocidad y la potencia", escribía Royce poco después de la Primera Gurra Mundial, cuando la industria automovilística trataba de llamar la atención hacia la fuerza de los motores. Rolls-Royce, sencillamente, dejó de anunciar el número de caballos que tenían sus automóviles. Si alguien lo preguntaba, se respondía (y aún se responde): "Los suficientes"...

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El coche se vendía como pan caliente, entre mil y dos mil unidades al año (cantidad menor que la producida por Hery Ford en un día, pero no escasa tratándose del automóvil más caro del mundo). Llegó a ser la personificación de una época de opulenia y de exhibición descarada de las riquezas...

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En este proceso el público se olvidó de la estupenda resistencia que Royce daba a sus coches, porque en aquellos tiempos las carrocerías eran de madera. Rolls- Royce sólo vendía el motor y el chasis; la instalación de la carrocería estaba encomendada a los carroceros que cobraban muy caro su trabajo hecho a medida. "Nosotros somos ingenieros, no carpinteros", decía Royce. No obstante, la compañía contaba con un departamento para asesorar respecto a los diseños de las carrocerías...

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-Estas carrocerías hechas a la medida llamron la atención de la gente, porque los dueños no reparaban en gastos al proyectarlas. Se hacían bocetos, se scogían colores (en una ocasión para hacer juego con el esmalte de uñas de una princesa), se presentaban muestras y se armonizaban laboriosamente los cueros y paños para la tapicería y la madera para la ebanistería interior...

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Los príncipes hindúes encargaban carrocerías especiales para la caza del tigre, con plataformas para las armas y reflectores giratorios. Un londinense encargó para el coche de su esposa una carrocería cuyo interior parecía el tocador de María Antonieta...

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Siempre que se veía a un jefe de estado, lo más probable es que fuese al descender de un Rolls. El "nizam" de Haiderabad tenía cincuenta. (Una excepción curiosa entre los manarcas fue la familia real británica, que estuvo aferrada al Daimler para coche oficial hasta que ocupó el trono Isabel II, quien tiene ahora cuatro Rolls.)...

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En la Primera Guerra Mundial el Ejército británico demostró espectacularmente cuánto brío y fortaleza se ocultaba bajo la mundana apariencia del automóvil. El Rolls-Royce fue convertido en un carro acorazado, blindándolo con cuatro toneladas de plancha de acero y dotándolo de una torreta giratoria para la ametralladora....

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El único cambio importante que hobo que hacer para adaptarlo al peso extra fue reforzar los muelles traseros...

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Los coches resultaron excelentes para la guerra en los desiertos de África y el Oriente Medio. "Un Rolls en el desierto era superior a los rubíes", escribió Lawrence de Arabia, que tuvo nueve de estos automóviles...

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Cuando terminó la gerra, muchos de aquellos chasis, una vez desmontado el blindaje, fueron vendidos al público, y los nuevos propietarios les pusieron otra corrocería. Algunos de ellos -verdaderas piezas de museo- siguen aún en condiciones de funcionamiento...

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Royce jamás cejó en su empeño de perfeccionar el coche. "Probad hasta la destrucción", era una de sus órdenes predilectas, e inventó una serie de máquinas, en las que se unía la contundencia de la mandarria a la precisión del escalpelo, para probar si había algún fallo en la construcción...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Los ingenieros tenían que ir a veces a lugares muy distantes para reparar los Rolls, y eran gratis las sustituciones de piezas defectuosas mientras el coche estaba amparado por la garantía...