Buenos días para todos.
HOY ES JUEVES SANTO, DÍA DEL AMOR FRATERNO. Mucho o todo el significado de lo que representa este día lo he encontrado en Google y aquí lo trasncribo.
"Jueves Santo. La peripecia humana en cuatro palabras: “Esto es mi cuerpo”
28/03/2013> en Confidencial.
Un trozo de pan que se convierte en Dios constituye el motor de la historia.
En primer lugar, paternidad. En segundo, fraternidad. Amamos a los demás -o, al menos, lo intentamos- porque amamos a Dios.
La Eucaristía es una exageración de Dios.
Un cristiano que no comulga diariamente está desaprovechando sus recursos...
HOY ES JUEVES SANTO, DÍA DEL AMOR FRATERNO. Mucho o todo el significado de lo que representa este día lo he encontrado en Google y aquí lo trasncribo.
"Jueves Santo. La peripecia humana en cuatro palabras: “Esto es mi cuerpo”
28/03/2013> en Confidencial.
Un trozo de pan que se convierte en Dios constituye el motor de la historia.
En primer lugar, paternidad. En segundo, fraternidad. Amamos a los demás -o, al menos, lo intentamos- porque amamos a Dios.
La Eucaristía es una exageración de Dios.
Un cristiano que no comulga diariamente está desaprovechando sus recursos...
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Esta jornada de Jueves Santo no celebramos el día del amor fraterno sino la institución de la Eucaristía. Sí ya sé, lo uno va unido a lo otro, pero déjenme acabar. Lo que celebramos los cristianos es el hecho cotidiano y portentoso de que un pedazo de pan ubicado en manos consagradas, tras pronunciar el susodicho consagrado cuatro palabras, “Esto es mi cuerpo”, se convierte en Dios, Creador, Redentor y Padre, en el mismísimo hacedor del universo, salvador y sostenedor de todo el género humano, del pasado, el presente y el futuro, padre de 7.000 millones de hijos, algunos de los cuales no le conocen y otros muchos ni tan siquiera quieren conocerle...
Esta jornada de Jueves Santo no celebramos el día del amor fraterno sino la institución de la Eucaristía. Sí ya sé, lo uno va unido a lo otro, pero déjenme acabar. Lo que celebramos los cristianos es el hecho cotidiano y portentoso de que un pedazo de pan ubicado en manos consagradas, tras pronunciar el susodicho consagrado cuatro palabras, “Esto es mi cuerpo”, se convierte en Dios, Creador, Redentor y Padre, en el mismísimo hacedor del universo, salvador y sostenedor de todo el género humano, del pasado, el presente y el futuro, padre de 7.000 millones de hijos, algunos de los cuales no le conocen y otros muchos ni tan siquiera quieren conocerle...