ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

A LA NOCHE.

¿Qué artista, -me pregunto- no ha sabido sentir la noche?
Cuando ella llega, el burbujeo de los surtidores se eleva como melodioso canto que convida a la meditación reposada; las imágenes de las cosas se distinguen rodeadas del vago misterio del encanto; el espíritu parce pugnar por salir del cuerpo para remontarse a las regiones plácidas de la poesía pura...

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En el campo, en plena Naturaleza, la noche tiene encantos inconcebibles; la brisa nos trae murmullos lejanos que regalan dulcemente nuestros oídos; el descanso reparador en que parece sumida la tierra es majestuoso; ante él se experimenta algo parecido a lo que se siente ante una madre joven dormida ligeramente después de haber amamantado a su hijo...

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Muchos artistas, se inspiraron y se inspiran en la noche para hacer magníficos trabajos, obras melancólicas ante las cuales perece sentirse la tranquila y suave respiración de la Naturaleza dormida...

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Muchas veces, la noche resulta triste, ligeramente triste, con esa nostalgia dulce de las horas crepusculares. Los altos herbazales que visten las orillas de los riachuelos aparecen hollados, formando lechos frescos y mullidos; los flexibles juncos y otras plantas se yerguen melancólicas, extendiendo sus tallos entre las gasas soñolientas de una neblina sutil...

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Sobre las superfícies de los arroyos que corren deslizándose con el misterio de todo lo que huye en la sombra, empieza a rielar la luz de las primeras estrellas...

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Es entonces, cuando podemos sentir el espíritu de la noche, que sentado a la orilla, arregla sus cabellos delante del húmedo espejo. Tiene el rostro cansado, mustios los purpurinos labios, y cargados de sueño los hermosos ojos, grandes y negros como remordimientos ineluctables...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Sobre los herbazales que yacen sobre tierra fresca, ofreciendo a la pereza lecho blando y fresco, el cuerpode la Noche, bañado suavemente por la luz espectral de la luna, surge tentador, con la pureza de líneas de una virgen fantástica, engendrada por una ilusión óptica, e inaccesible, por tanto, al deseo...