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ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

No hace muchos días saltaba la noticia del descubrimiento de carne de caballo en amburguesas que debían ser de ternera, y aunque en los últimos años se están tomando severas medidas para evitar que fabricantes poco escupulosos de productos alimenticios engañen al público, siempre hay algún "listillo" que hace "su agosto" hasta que lo pillan...

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Durante muchos años, la gente asociaba fundamentalmente los fraudes alimentarios con los comerciantes que engañaban en el peso o pretendían pasar productos baratos como si fueran de calidad, pero ya hace años, el fraude quedó expuesto a la luz pública en una escala mucho mayor, esta vez dentro de la propia industria de la alimentación...

Fue en el año 1972 cuando el Consejo de Ministros hizo saber que una importante sociedad de elaboración de productos lácteos, que hacía incapié en su publicidad, sobre la pureza de su producción, había estado vendiendo leche aguada a la que se añadía sacarosa para encubrir la impureza del producto...

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La mayor parte de esta mezcla ilegal, elaborada al ritmo de más de un millón de litros al día, se vendía en botellas que contenían un volumen de líquido inferior al de un litro, capacidad real del recipiente...

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Unos años antes del año 1972, el español medio habría acogido con un bostezo semejante noticia, pero el escándalo de la leche sorprendió a los consumidores muy malhumorados por el aumento de precio de los alimentos y la pérdida de poder adquisitivo de sus "pesetas"...

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Había surgido una nueva actitud de intolerancia ante el fraude.
El gobierno estableció entonces un hito sin precedentes para la acción punitiva en la industria alimentaria al multar a la empresa lechera y a tres de sus filiales por una cuantía de cuarenta millones de pesetas, contra la que se interpuso recurso de apelación ante el Tribunal Supremo...

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Más tarde se supo que, no sólo la leche, sino gran parte de los alimentos sólidos y líquidos sufrían adulteraciones, así por ejemplo, tenemos que, mantequillas y quesos contenían hasta un cincuenta por ciento de margarina...

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En los embutidos se encontró una proporción muy baja de carne de cerdo y muy alta de carne de vaca barata, moldeada y coloreada para que se asemejase al popular chorizo...

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En la elaboración del chocolate se encontraron toda clase de grasas excepto la que deberían llevar: grasa de cacao.
En los vinos se encontraron con un contenido de agua por litro hasta el veinte por ciento, y adulterados con productos químicos para evitar procesos de fermentación y para darles propiedades similares a las normales...

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La audacia de algunos adulteradores resulta asombrosa. Una vez me explicaron que, una importante fábrica de Madrid fue sorprendida vendiendo ácido acético puro bajo el nombre de vinagre. Las autoridades pusieron fin a esa operación, que había sido descubierta por casualidad en el curso de un análisis de rutina efectuado por el servicio correspondiente...

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Tanto entonces, como ahora, los fraudes alimentarios (Y LOS DEMÁS TAMBIÉN) se han convertido en un grave problema nacional. "Los fabricantes de alimentos adulterados defraudan anualmente a los consumidores miles de millones de pesetas", dijo hace ya unos años el que fuera presidente de Asociaciones de Consumidores...

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El fraude en general, está más extendido de lo que nos parece, ya que algunas de las medidas que se toman no se hacen públicas; si se descubre alguno relacionado con condiciones insalubres de las instalaciones, pueden cerrar la fábrica temporalmente, o con carácter definitivo, sin hacer pública su decisión...

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¿Significa esto que toda la industria alimentaria adolece de pocos escrúpulos? Pues no, se trata solamente de una minoría, aunque de una minoría especialmente activa que empaña la reputación de dicha industria. Por el contrario, la gran mayoría de los fabricantes de productos alimenticios se hallan dentro de la ley...

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Muchos consumidores citan prácticas generalizadas que, aunque están técnicamente dentro de la ley, suponen un engaño declarado. Una de éstas es el uso de escenas pastoriles en los anuncios de la margarina, un producto elaborado con grasas anumales distintas de las de la leche...

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Otra se refiere al abuso de la palabra" tipo" en el etiquetado. Se han dado casos en que se ha podido observar quesos marcados así: "Tipo manchego", "Elaborado con leche de la comarca", decía la etiqueta en letra pequeña...

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El verdadero queso manchego no contiene, por supuesto,,ás que leche de oveja. "pero el fabricante podía pensar, decía un entendido, "que no cometía fraude alguno, puesto que el producto estaba fabricado en La Mancha, con o sin leche de oveja y se creía con derecho a la denominarle queso de tipo manchego".
Distinciones como esta, nos obliga a los consumidores a estar alerta para que no nos den gato por liebre...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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La revista "Alimentaria" hace años analizó un queso muy conocido como "Especial de Régimen". El resultado fue sorprendente: el queso era, en realidad, graso.
"Alimentaria" criticó también las etiquetas que intentan hacer que un producto parezca lo que no es. Por ejemplo, la letra pequeña de una marca de jamón picado incluía la carne de vaca entre los ingredientes...