A veces me he preguntado qué podemos hacer por nosotros mismos en situaciones apuradas donde sólo se nos recomienda rezar... ¿Dónde hallaremos las cualidades que nos ayuden a vencer el pánico y nos permitan mantenernos firmes frente a el? Es decir, de donde sacaremos el coraje y el valor, en qué consiste y cuáles son sus características...
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El valor -dijo Platón, es la comprensión inteligente del peligro. Ante él, a menudo la mejor reacción es preciasamente el temor. No es valor, sino insensatez, el tomar a broma un auténtico peligro. "No admitiré a bordo ningún hombre que no tenga miedo", dice el viejo pescador de ballenas en la novela "Moby Dick"...
El valor -dijo Platón, es la comprensión inteligente del peligro. Ante él, a menudo la mejor reacción es preciasamente el temor. No es valor, sino insensatez, el tomar a broma un auténtico peligro. "No admitiré a bordo ningún hombre que no tenga miedo", dice el viejo pescador de ballenas en la novela "Moby Dick"...
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Así, pues, en lugar de reprimir o desconocer nuestro temor consciente, lo que debemos hacer es transformarlo en valor. Para lo cual, lo primero que necesitamos es sentido de la perspectiva...
Así, pues, en lugar de reprimir o desconocer nuestro temor consciente, lo que debemos hacer es transformarlo en valor. Para lo cual, lo primero que necesitamos es sentido de la perspectiva...
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Cuando el hijo de una amiga mía iba al colegio acompañado por ella, le gustaba subir a una "parecilla" y que su madre lo cogiese de la mano. Cuando llegaba al final mi amiga lo cogía en brazos y el chiquillo se abalanzaba a ellos...
Cuando el hijo de una amiga mía iba al colegio acompañado por ella, le gustaba subir a una "parecilla" y que su madre lo cogiese de la mano. Cuando llegaba al final mi amiga lo cogía en brazos y el chiquillo se abalanzaba a ellos...
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Pero un día, cuando el chico llegó al extremo de la "parecilla", mi amiga cruzó los brazos y le dijo: ¡Venga, ya eres un chico mayor, así que salta a tierra tú mismo!
El chico protestó diciendo que estaba muy alto, a lo que su madre le dijo: Échate sobre la pared y mira al suelo. Como ves, no hay mucho más de 60 centímetros desde tus pies al suelo. Ponte de pie y salta. Ten presente, hijo mío que saltas con los pies y no con la imaginación...
Pero un día, cuando el chico llegó al extremo de la "parecilla", mi amiga cruzó los brazos y le dijo: ¡Venga, ya eres un chico mayor, así que salta a tierra tú mismo!
El chico protestó diciendo que estaba muy alto, a lo que su madre le dijo: Échate sobre la pared y mira al suelo. Como ves, no hay mucho más de 60 centímetros desde tus pies al suelo. Ponte de pie y salta. Ten presente, hijo mío que saltas con los pies y no con la imaginación...