ALCONCHEL DE LA ESTRELLA: ......

En una ocasión mi marido y yo estuvimos en una cena en la que tuvimos como compañero de mesa a un señor relacionado con la fabricación de gigantescas máquinas de obras públicas y estaba entusiasmadísimo con su trabajo...

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Hablaba de "sus monstruos mecánicos" con tanto cariño como si se tratara de sus propios hijos. Alababa su fuerza, su seguridad, su utilidad para diversas tareas. "No hay nada más maravilloso -decía- que las prodigiosas máquinas que la industria pide a la ciencia y la ciencia está entregando a la industria"...
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
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Daba golpes sobre la mesa mientras aseguraba que no hay límites a lo que una máquina puede ahcer, si está dirigida por un cerebro humano, y nosotros nos entusiasmamos tanto como él...