Un célebre bibliófilo, cuyo apellido, verdadero rosario de consonantes aspiradas, diptongos y dobles W omitimos en gracia a los lectores del foro, encontró revolviendo la correspondencia de un espiritista muerto recientemente en Cristianía, curiosos documentos en los cuales el difunto refería las aventuras que corrió antes de que su espíritu llegase a revestir la forma humana...